Tras la traumática desaparición de Malév, la aerolínea nacional húngara desde 1946 hasta 2012, cuando la UE declaró ilegales las ayudas que había recibido del Estado húngaro (fue privatizada en 2007 y posteriormente nacionalizada en 2010 con el triple de deuda que al principio) y la compañía se declaró en bancarrota tras la denuncia de Wizzair (su principal competidor), asumiendo que era incapaz de devolver las millonarias ayudas ilegales que había recibido durante los últimos años.
Un año más tarde, en Junio de 2013 una nueva luz parecía asomar por el horizonte: la creación de Sólyom Hungarian Airlines iba a devolver al país una aerolínea nacional de bandera, con vuelos desde Budapest a toda Europa e incluso a América, donde el aeropuerto base de Ferihegy iba a ser el puente entre los vuelos de Oriente medio hacia América. De hecho ya había contactos con un importante inversor de Omán. O al menos eso decían sus creadores Lucsik János, Hurtyák Róbert y Vágó József.
Vuelo de prueba del primer avión de la compañía.
La creación de la aerolínea fue anunciada a bombo y platillo en todo el país, con lo que numerosos proveedores se interesaron por ella, y desde Sólyom (que significa halcón en húngaro), dijeron que estaban creando una selecta lista de posibles proveedores en la que tenían que apuntarse, pues había muchos interesados y ellos tan solo querían trabajar con los más fiables y con las cuentas más saneadas. Pagando cantidades que rondaban los 80.000, 200.000 ó 400.000 forint, depende del tamaño de la empresa, quedaban apuntados en la lista, a la espera de que les llamasen para trabajar con ellos, sin ninguna garantía de que esto fuese a ocurrir.
Desde la aerolínea pensaron incluso que el propio gobierno húngaro o algún gran inversor extranjero se interesaría por ellos, cosa que no ocurrió. Tan solo los proveedores llegaron a ofrecer las mencionadas sumas de dinero con la esperanza de algún día trabajar con ellos.
Desde la aerolínea pensaron incluso que el propio gobierno húngaro o algún gran inversor extranjero se interesaría por ellos, cosa que no ocurrió. Tan solo los proveedores llegaron a ofrecer las mencionadas sumas de dinero con la esperanza de algún día trabajar con ellos.
Se esperaba que sus vuelos comenzasen a surcar los cielos en Agosto de ese mismo año, sin embargo, se anunciaron retrasos: los vuelos charter llegarían en Septiembre y los regulares en Octubre. Ni una cosa ni otra. El 10 de Octubre Sólyom se declaró en bancarrota e incapaz de pagar los sueldos de sus empleados. Efectivamente, la compañía aérea quebró sin haber siquiera empezado a volar. La excusa oficial fue que el importante inversor de Omán había fallado. Pero ellos seguían buscando inversores y más proveedores. En esas fechas ya ni siquiera exigían a estos últimos las condiciones con las que empezaron, tan solo que pagasen el anticipo.
Para calmar las cosas, alquilaron dos aviones (uno de ellos sin motores) y efectuaron el bautizo y primer vuelo de uno de ellos (presumiblemente el que tenía los motores). Y dijeron que para Diciembre ya estarían volando de forma regular.
Bautizo del primer avión de Sólyom.
El otro avión ni siquiera tenía motores, como se aprecia en la fotografía.
Pero el 10 de noviembre la compañía fue vendida de forma inesperada a Tamás Welsz por 3 millones de forint. El Tamás este era un crack que tenía montada una organización de "húngaros expatriados en África" (se autodenominaba diplomático y empresario, aunque nadie sabía exactamente a qué se dedicaba), y estaba siendo junto a su esposa investigado por la Interpol acusados de fraude y falsificación de documentos en Panamá, y que habían vuelto a Hungría (saltándose la prohibición de salir de Panamá), donde finalmente, tras ser detenidos no fueron extraditados.
Esta vez ya sí que saltaron todas las alarmas de los poveedores. Para entonces, los creadores de Sólyom habían desaparecido con 225.000 dólares en "tasas de inscripción" y "depósitos de seguridad" para su famosa lista de candidatos a hacer negocios con la aerolínea. Bueno, hay que descontar el alquiler de los dos aviones para el famoso teatro que hicieron de aquel vuelo, si es que los llegaron a pagar, porque con el alquiler de sus oficinas de Ferihegy, las facturas telefónicas o los sueldos de sus empleados no lo hicieron.
Hace unos días, el 21 de Marzo de 2014, Tamás Welsz se suicidó después de que la policía registrase su casa, y obtuviese interesantes hallazgos, como el de varios pasaportes falsos de Guinea Bissau con nombres falsos y fotos de famosos políticos socialistas húngaros que están siendo investigados por corrupción, entre ellos Gábor Simon, al que se le encontraron varias cuentas en Austria con casi un millón de euros, y que después trató de abrir una cuenta en Hungría utilizando un pasaporte falso (de Guinea Bissau), para ingresar 75 millones de forint. Simon no ha sido capaz de demostrar cómo ha conseguido este dinero y se encuentra bajo custodia policial desde el 10 de Marzo para no interferir en la investigación.
Tamás Welsz.
Gábor Simon, detenido por corrupción.
Tras este registro, Welsz habría accedido a declarar como testigo en el caso de Gábor Simon, y de hecho se suicidó cuando esperaba en su casa de Érd a la policía, tras haberles invitado a su domicilio y pedido que le trasladaran a dependencias policiales de Budapest bajo custodia... Que cada uno saque sus propias conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario