martes, 28 de abril de 2015

Republic

Republic es una banda de rock húngara fundada en 1990 por László Bodi, Zoltán Tóth, Imre Bali, László Szilágyi y Csaba Boros. Es uno de los grupos de música magiar más famosos y conocidos en la actualidad, probablemente el que más. Su mezcla de rock y folk húngaro ha hecho sus canciones muy populares, tanto en Hungría, como en las zonas de los países colindantes, donde viven minorías húngaras. El hecho de que Cipő (nombre artístico de László Bodi, cantante y compositor de la banda) naciese en la ciudad de Uzhgorod (por aquel entonces Unión Soviética, hoy en día Ucrania) en el territorio histórico húngaro de Transcarpatia, simboliza especialmente a aquellos húngaros que tras el tratado de Trianon se vieron viviendo en otro estado, aunque preservando su lengua, cultura y sentimiento de pertenencia a Hungría, la madre patria.

Un año después de su creación, el batería László Szilágyi dejó la banda y su lugar fue ocupado por László Attila Nagy, antiguo compañero de Cipő en su anterior grupo (llamado Cipőfűző, que significa cordón de zapato, de donde surge el mote del cantante).




Republic ha publicado desde 1990 un nuevo disco por año, y dado innumerables giras recorriendo las principales ciudades y poblaciones húngaras de Hungría, Eslovaquia, Rumanía, Ucrania y Serbia. Entre sus principales símbolos, el esqueleto de un pez (dibujado por Cipő e inspirado en una halászcsarda de Kispest cerca de donde ensayaban en sus inicios), su famosa fase de "indul... a mandula", de su primer disco, y con el que el cantante empezaba los conciertos, y canciones tan míticas como "Szállj el, kismadar", "16 tonna feketeszén", "Erdo közepen", "Szeretni valakit, valamiert", "Ha itt lennél velem" y muchas más, creadas por el genial Cipő a lo largo de más de dos décadas de historia.

En Marzo de 2013, Cipő murió como consecuencia de un fallo cardíaco. Se sabía desde hacía años que el cantante sufría problemas de corazón, del que ya había sido operado previamente, y que le causaron diversos problemas de salud. El día 15 de Febrero sufrió una arritmia que le dejó en coma casi un mes, hasta que semanas después, László Bodi falleció finalmente en un hospital de Budapest a la edad de 48 años. La noticia conmocionó a gran parte del país. Aquella noche del 11 de Marzo de 2013 murió un trocito de la cultura húngara.




La banda debatió entre continuar o disolverse, pues Cipő era el cerebro y símbolo del grupo. Finalmente decidieron seguir en activo, aunque para mí, como para muchos de sus seguidores, Republic terminó aquel día con la muerte de Cipő. Sin embargo, aunque el artista muere, su obra es eterna. No podré disfrutar más de sus conciertos, a los que tan solo pude asistir en dos ocasiones, una en Mórahalom y otra en Szeged, pero seguiré escuchando sus canciones siempre que pueda. Os dejo algunos de sus vídeos:









sábado, 25 de abril de 2015

Nagymaros

Nagymaros es una pequeña localidad de 4.500 habitantes situado en la ribera oriental del Danubio, en plena zona del dunakanyar, a unos 52 kilómetros de Budapest. El pueblo en sí no tiene demasiado atractivo turístico, apenas cuenta con una pequeña (pero bonita) iglesia. No obstante, su punto fuerte es que se encuentra frente a Visegrád y su castillo, y ofrece un paseo junto a la orilla del río Danubio espectacular, con los montes Pilis y el castillo de Visegrád de fondo, que hace que venir aquí merezca la pena.


Iglesia y pueblo de Nagymaros desde la estación de tren.


A Nagymaros se puede ir en el mismo tren que va a Vác y se dirige a Szob, en la frontera con Eslovaquia. El viaje dura 47 minutos desde Budapest, aunque cuando yo lo visité lo que hice fue ir primero a Vác y después, ya por la tarde, tomar el tren desde aquí hasta Nagymaros, cuyo trayecto dura apenas 20 minutos. Es una pequeña excursión de un día entero que merece la pena realizar.

Os dejo con las vistas espectaculares de este sitio. Una gozada que esté tan cerca de Budapest.





A este pequeño Trabant azul no puede evitar hacerle una foto.


miércoles, 22 de abril de 2015

La desesperada situación de los húngaros de Ucrania

Como ya escribí hace tiempo en una publicación sobre las minorías húngaras, en Ucrania (concretamente en el óblast de Zakarpatska, o provincia de Transcarpatia en castellano), la más occidental del país, junto a la frontera con Hungría, se asienta una importante comunidad húngara. En dicha región, además, hay otras minorías. Según el censo de 2001, Transcarpatia cuenta con un 80% de ucranianos (incluidos los rusinos), un 12% de húngaros, 2,6% de rumanos, 2,5% de rusos, 1% de gitanos, 0,5% de eslovacos y 0,3% de germanos. El censo tiene ya tres lustros, y actualmente las minorías seguramente hayan menguado en favor de los ucranianos, especialmente en este último año.


Situación de Transcarpatia en Ucrania, junto a las fronteras húngara, eslovaca y rumana.


Esta variedad étnica se explica por la compleja historia de la región: hasta el tratado de Trianon, tras la primera guerra mundial, el territorio estuvo integrado en el reino de Hungría durante aproximadamente un milenio. Con la derrota del imperio austrohúngaro tras la primera guerra mundial y las nuevas fronteras torpemente trazadas por las potencias ganadoras, unos 150.000 húngaros quedaron separados de su "madre patria" y fueron integrados en Checoslovaquia. Durante la segunda guerra mundial Hungría volvió a controlar los territorios, pero tras la nueva derrota, fueron entregados a Ucrania por las autoridades soviéticas.

Los húngaros de Transcarpatia, se encuentran fundamentalmente concentrados en los pueblos y aldeas pegados a la frontera con Hungría, donde son mayoría. Los mayores núcleos son la pequeña ciudad de Beregszász (Berehovo en ucraniano), donde forman la mitad de su población (de 24.000 habitantes en total), y que funciona como su capital cultural, y Csap (Chop en ucraniano), un cruce ferroviario fronterizo de 9.000 habitantes cuenta con otra importante población magiar. Una vez nos adentramos varios kilómetros en el país, los húngaros desaparecen, con la excepción de las dos principales ciudades del óblast de Transcarpatia, Uzhgorod y Mukachevo, que cuentan también con varios miles de magiares étnicos, pero son un pequeño porcentaje de su población, fundamentalmente ucraniana.

Podéis completar este resumen con la excelente entrada que en su día el blog crónicas húngaras publicó sobre los húngaros de Ucrania.


Porcentaje de la población mayoritaria dentro de Transcarpatia. En azul, mayoría ucraniana, en rojo mayoría húngara y en verde, mayoría rumana.


Como mencioné, esta zona es muy peculiar por sus variopintas minorías, y es aquí junto a los territorios orientales de Donetsk y Lugansk (que cuentan con un gran número de población rusa) en los que el nacionalismo ucraniano menos ha calado. La ley ucraniana permite en las zonas donde una minoría es al menos el 10% de su población el uso de su lengua en las administraciones públicas y educativas, y las minorías han mantenido sus idiomas y culturas propias. Dicha ley estuvo a punto de cambiar el año pasado por el nuevo gobierno ucraniano, que quería subir el porcentaje al 50%, pero finalmente no se aprobó.

Transcarpatia es una de las zonas más pobres de la ya de por sí relativamente pobre Ucrania. Y su situación se ha deteriorado a niveles alarmantes desde que el año pasado una minoría violenta de extrema derecha se hiciese con el control del país, mediante un golpe de estado ya tristemente famoso. Dicho gobierno desde el primer momento dejó muy claro que uno de sus objetivos era la ucranización del país por activa y por pasiva. Parte de la población oriental, fundamentalmente de etnia rusa, se rebeló en contra de las autoridades ucranianas, a las que no reconocieron como legítimas debido a su acceso al poder mediante el uso de la fuerza, y a sus amenazas contra las minorías de Ucrania.

El nuevo gobierno no dudó en enviar al ejército, y comenzó la triste guerra del Donbás. Claro que los rusos étnicos ucranianos, además de ser un número bastante importante, cuentan con la ayuda del "oso ruso", quien les proporciona numerosos suministros (oficialmente no militares, pero cuesta creerlo, claro). Allí la situación es dramática: la actividad económica está prácticamente paralizada, el gobierno ucraniano ha congelado los envíos de pensiones y salarios, el ejército ucraniano bombardea los pueblos y ciudades y la población ha emigrado masivamente a la vecina Rusia (donde muchos cuentan con familiares). Los que se han quedado porque no tenían donde ir, subsisten con la ayuda humanitaria, encerrados en sus casas o sótanos, saliendo a la calle para lo justo y esencial, ya que es una zona de guerra donde miles de civiles han perdido la vida, sobre todo en los bombardeos masivos e indiscriminados del ejército ucraniano, en lo que muchos consideran una limpieza étnica en toda regla. Ancianas esperando el autobús, madres paseando con sus hijos, gente haciendo cola para recibir alimentos, a los que un obús perdido les explotó justo al lado. Internet está lleno de estas trágicas imágenes. Actualmente la situación bélica se encuentra en estado de tregua oficial, aunque siguen pequeños roces y combates.

Al otro lado del país, las minorías de Transcarpatia se encuentran en una situación también dramática, aunque no tan terrible como la de sus vecinos orientales. Ellos no se alzaron en contra del nuevo gobierno. En primer lugar porque son muchos menos que los ucranianos de etnia rusa del este, y en segundo, porque Hungría o Rumanía no son precisamente Rusia, y más allá del apoyo político (y con la boca pequeña) no iban a contar con ninguna ayuda más. Sin embargo, la economía ucraniana, devastada por la guerra, se ha cebado con esta región, al estar menos desarrollada que la mayoría del país.

La devaluación de la grivna, la moneda oficial de Ucrania, ha provocado una inflación astronómica que ha hecho subir considerablemente los precios de los alimentos y productos básicos. Precios que las ya de por sí miserables pensiones y salarios no pueden apenas pagar (unos 100 euros era la pensión media antes de la devaluación, ahora no llega ni a 50). Como se puede ver en la gráfica inferior, las oscilaciones de la grivna al estilo "montaña rusa" provocaron además que la gente se lanzase en pánico a los supermercados a gastar sus cuatro ahorros cada vez que se escuchaban rumores de una nueva depreciación, vaciando las estanterías de los alimentos básicos y generando una escasez de productos inédita en el continente europeo.


Cambio de la grivna ucraniana con respecto al euro. De 0,063 antes de la guerra a poco más de 0,04 en la actualidad (y teniendo en cuenta que el euro también ha bajado).



Lineales de un supermercado de Kherson, que fueron la imagen habitual en muchos puntos del país debido al desplome de la grivna ucraniana.


Para colmo el precio del gas también se ha disparado debido a las continuas disputas (en realidad en su mayoría son impagos, hablando con claridad) entre Ucrania y Rusia, avivadas aún más por el conflicto del Donbás. El invierno en Transcarpatia es duro, con nevadas frecuentes y el mercurio por debajo de los cero grados la mayor parte del tiempo. Esto ha hecho que la calefacción de gas (que ya era un lujo antes) sea un mero sueño para muchos hogares. En los pueblos las casas se calientan exclusivamente con leña, pero en los bloques de paneles de las pequeñas ciudades esto no es posible, y muchos jubilados subsisten pasando frío, bien abrigados, en casa.

Y más males aún: la guerra he hecho que las autoridades ucranianas comenzasen a reclutar por la fuerza a jóvenes, para mandarlos al frente. Y especialmente ha reclutado a las minorías étnicas, así que húngaros, rumanos o eslovacos han sido forzados a combatir en una guerra que ni les va ni les viene, obligados a matar, bajo la amenaza de un tribunal militar en caso de negarse. Ni que decir que la gran mayoría huyeron del país, las fronteras se volvían porosas y permeables al calor de los sobornos esos días, y los hoteles y pensiones fronterizos de Hungría y Rumanía estaban a rebosar cuando se oían rumores de reclutamiento. No todos han conseguido evadir el frente de guerra, y por desgracia se leen nombres húngaros entre los militares ucranianos muertos. Chicos de 18, 20, 24 años. De los pocos que quedaban en Transcarpatia, porque muchos en su día se acogieron a la nueva ley de nacionalidad húngara para conseguir el pasaporte comunitario y salir pitando a Alemania, Inglaterra o Suecia, en busca de un futuro (iba a decir un futuro mejor, pero creo que buscaban un futuro a secas).


Frontera entre Ucrania y Eslovaquia, con la típica puerta székely húngara, en la localidad de Kisszelmenc habitada mayoritariamente por húngaros.


El gobierno húngaro, con respecto al conflicto, y como ya señalé, se había limitado a defender los derechos de los húngaros mediante declaraciones públicas, que al coincidir obviamente con los de las minorías rusas, han sido bastante censurados por el resto de gobiernos europeos. En estos días, en vista de la peliaguda situación que se vive en Transcarpatia, ha comenzado el envío de dinero público por parte del gobierno húngaro, con una primera remesa de 650 millones de forint (algo más de 2 millones de euros) dedicados sobre todo a pagar los sueldos de unos 2.000 profesores húngaros de la región, aunque también hay una parte considerable destinada a la iglesia, en parte a los curas y en parte a sus programas de alimentación infantil de la región, gestionados por la iglesia. También apareció en televisión una ONG húngara de Miskolc, donde se puede entregar ropa, alimentos o dinero, que serán enviados a los húngaros de Transcarpatia para mejorar su situación.


Señal de entrada a Beregszász, con los nombres en ucraniano, húngaro y húngaro antiguo (rúnico, previo a la adopción del alfabeto latino).

jueves, 16 de abril de 2015

Cambios en la TV pública húngara

Estamos en época de grandes cambios. Desde que hace 5 años la coalición Fidesz-KDNP llegase al poder con mayoría absoluta electoral, prácticamente ha cambiado todo lo que había en este país. Desde luego que casi todo necesitaba cambiar, de eso no hay duda. El cómo han hecho estos cambios, si bien o mal, es ya es otro tema, y depende del medio o de la persona que los refleje, unos estarán más de acuerdo y otros menos, y seguramente todos tengan un poco de razón.

Cambió el nombre oficial del país, de República Húngara a Hungría (en húngaro, de Magyar Köztársaság a Magyarország). Cambió la constitución. Cambió el diseño de los billetes de forint (los de euro no llegarán hasta dentro de bastantes años). Cambiaron muchísimas leyes. Cambiaron los horarios comerciales. Cambiaron nombres de plazas y aeropuertos (la mayoría por nombres mucho más patrióticos, como el aeropuerto de Budapest, que pasó de Ferihegy, que significa algo así como "Monte Paco", a Liszt Ferenc, famoso compositor austrohúngaro de familia germana, o la plaza Moscú de Budapest, Moszkvá tér, a Széll Kálmán tér, nombre de un antiguo dirigente húngaro).

Como no podía ser de otra manera, ahora le tocaba el turno a la televisión pública húngara, la Magyar Televizió, abreviado como MTV (cosa que hace gracia a los extranjeros debido al popular canal musical americano, creado mucho después que le televisión húngara). Yo nunca he sido un gran aficionado de la tele, recuerdo haber visto hace años las típicas series (cuando no había internet de banda ancha) y poco más, cada vez los contenidos eran de peor calidad y ello me hizo perder mucho interés, y desde luego que al llegar a Hungría familiarizarme con la llamada "caja tonta" no fue mi mayor pasión. Tan solo tuve televisión un año, y apenas lo utilicé ya que por esas fechas no hablaba apenas húngaro. No obstante este año he vuelto a conseguir un televisor y he comenzado a cotillear más a fondo, sobre todo porque estoy más familiarizado con el idioma, aunque también por curiosidad.

El caso es que el gobierno encabezado por Viktor Orbán ha remodelado totalmente los canales públicos. El canal generalista más popular del país, M1, ha pasado a ser exclusivamente de noticias, con diversos documentales y reportajes de actualidad a lo largo del día, intercalados con los telediarios y noticiarios, al estilo de la BBC británica, como ya hicieran países del entorno como Alemania o Polonia. Además, por primera vez se emite un telediario en lengua inglesa.

La segunda cadena, M2, rebautizada como M2 Petőfi (famoso poeta húngaro y héroe de la revolución de 1848), se ha especializado en programación infantil. Ello ha dado paso al canal Duna TV como la nueva cadena pública generalista húngara (asumiendo al antiguo rol de la M1), con series, debates, telediarios y demás programación variada. Para este verano se espera un nuevo canal público, el M4, que será deportivo. Se ha anunciado que emitirá la fórmula 1, la champions league y competiciones nacionales.


Logotipo del canal M1, a partir de ahora centrado exclusivamente en la actualidad.


Todo esto entró en vigor el pasado 15 de Marzo, aniversario festivo de la revolución contra Austria de 1848 y coincidiendo además con la entrada en vigor de los nuevos horarios comerciales. La anécdota fue que aquel primer día, anunciado a bombo y platillo, estuvo lleno de fallos técnicos y cortes en la emisión, lo que originó los pertinentes chistes y coletillas en todo el país. Una entrada triunfal, vamos.

El tema de remodelar la televisión pública es bastante sensible, ya que al estar en manos del gobierno y personas afines a él, no ha estado exento de polémica. Sobre todo los medios extranjeros y la oposición húngara hablaban de la creación del imperio mediático Orbán-Fidesz, precisamente en un momento clave, ya que las relaciones entre el primer ministro y Lajos Simicska (uno de los principales oligarcas del país, dueño de medios de comunicación y constructoras, que fue compañero de residencia de Orbán en su época universitaria y ambos fundadores de Fidesz) entraron en barrena por los nuevos impuestos a los medios de comunicación, lo que Simicska consideró una gran puñalada en la espalda y arremetió contra Orbán llegando a insultarlo públicamente y ordenando a todos sus empleados que buscaran y publicaran cualquier información perjudicial para el primer ministro húngaro de su pasado y presente. Empleados que dimitieron y fueron contratados por los medios públicos al día siguiente, por cierto. Ahora los nuevos canales del gobierno buscan la audiencia de los medios privados como los controlados por Simicska, que se han declarado abiertamente como "antifidesz" a raíz de los nuevos impuestos que les perjudican especialmente, ya que sus únicos ingresos son los publicitarios. Y es por esto que se habla de falta de libertad de expresión, aunque el término correcto sería competencia desleal, ya que la televisión pública sale claramente beneficiada.

En los canales públicos se emiten entrevistas a políticos de la oposición, como el otro día, donde el LMP (los verdes) decía que iba a denunciar a Fidesz por no cumplir sus promesas electorales. También suele aparecer Mesterházy, el líder de los socialistas, o Jobbik (la extrema derecha, que se ha convertido ya en la principal amenaza electoral para Fidesz), si bien suelen enfatizar las noticias favorables al gobierno. No es muy diferente a cualquier cadena pública de Europa occidental. Esto dista mucho de lo que publicaron algunos medios estadounidenses en internet, donde la imagen totalmente manipulada que dan de Hungría en general es la de una especie de dictadura bananera de la Europa pobre postcomunista, algo así como la película de Borat. Por ejemplo así reflejaba la noticia el budapest beacon, y no digo ya otro portal paradójicamente llamado Hungarian Free Press. La mayoría de los portales web "independientes" que publican en inglés sobre Hungría están financiadas por el gobierno de Estados Unidos, algo que suena conspiranoico pero que es una realidad y se puede comprobar investigando mínimamente en google. El motivo me temo que sea el de ciertos intereses ocultos en los que no ahondaré, pero sí que os recomiendo encarecidamente esta entrada del excelente blog Crónicas húngaras, escrita hace 3 años, y que sigue siendo perfectamente aplicable en la actualidad. Algo parecido puede aplicarse a los medios españoles, aunque en este caso me temo que detrás esté una profunda ignorancia sobre Hungría. El problema añadido de los medios en inglés es que suelen ser la única fuente de noticias para los que no hablan húngaro.

En cualquier caso, ya es crónico que la mayoría de los medios extranjeros (entre ellos, por supuesto, muchos españoles) califiquen o insinúen de régimen, fascista, dictadura y cosas por el estilo al gobierno de Fidesz, al que le tienen puesta una cruz desde hace mucho tiempo, hasta el punto de manipular las noticias sobre Hungría hasta límites insospechados. Que el gobierno húngaro es bastante autoritario poca gente lo pone en duda, precisamente fue uno de los motivos de su éxito electoral tras el desastre liberal-socialista anterior, y seguramente no es ni más ni menos autoritario que cualquier gobierno occidental con mayoría absoluta en el parlamento (por ejemplo el español). Puede gustar más o menos cómo gobierna (a mí no me gustan muchas de las cosas que hace, y desde luego no les votaría si tuviese derecho a voto), se le puede acusar de populista (seguramente con razón), tiene sus asuntos de corrupción (como cualquier otro partido), pero es totalmente legítimo y democrático, y el hecho de que controle, en mayor o menor medida, la televisión pública con el presunto objetivo de conseguir votos, es algo que ocurre en todos los países. Y para esto no es necesario remodelar la programación completamente, puede hacerse de forma más o menos encubierta.

Resumiendo, que no es tan diferente de otros gobiernos como nos quieren hacer creer. Claro que hacer cosas como tratar de controlar el banco central, poner impuestos a la banca privada y las multinacionales o hacer negocios con Putin ha puesto a mucha gente nerviosa. ¿Es este el verdadero motivo?


Termómetro "democrático" en Hungría: en la plaza frente al parlamento de Budapest, lugar por el que pasan miles de húngaros y turistas a diario, campamento contra el gobierno con carteles como "delete Viktor" o "Orbán takarodj", traducido como "eliminar a Viktor Orbán". ¿Alguien se imagina que esto pueda ocurrir en una dictadura?


Una de las principales razones para impulsar el noticiario en inglés de la televisión pública húngara que mencionaba antes, ha sido mejorar la imagen del país en el exterior, muy dañada por los medios. Dicho programa parece condicionado de entrada para ser difícilmente imparcial, pero al menos los que no hablan húngaro tendrán otro tipo de noticias, y no solamente las de los medios extranjeros, pudiéndose encontrar un punto intermedio si se acude a ambas fuentes. El noticiario (llamado angol nyelvű hírek, traducido como "noticias en lengua inglesa") se emite por la noche de 23.45 a 00.00 en el canal M1 y se repite al día siguiente en el canal Duna World de 10.05 a 10.20.

Como punto final, para relajar los ánimos, propongo un vídeo hecho por los geniales humoristas húngaros del grupo de stand-up comedy Dumaszínház, donde parodian los fallos técnicos de los primeros días de emisión y la supuesta manipulación de noticias por parte del gobierno, aliñado con la fama del bajo nivel de inglés que hay en Hungría. El resultado es genial:



lunes, 13 de abril de 2015

Vác

Vác es una pequeña ciudad de unos 35.000 habitantes situada 35 kilómetros al norte de Budapest, en la orilla del Danubio, y justo donde empieza el dunakanyar, el área donde el Danubio serpentea a su paso por las montañas septentrionales de Hungría.

Su cercanía con Budapest, su acogedor y hermoso centro urbano y el no menos agradable paseo junto al Danubio de varios kilómetros, unido a sus famosas pastelerías lo han convertido en una habitual escapada de los ciudadanos de la capital los fines de semana y festivos, así como de algunos turistas durante todo el año.

Los trenes parten cada hora desde la estación de Nyugati, y el viaje dura 26 minutos. Hay más trenes que van a Vác, pero realizan más paradas intermedias, que pueden duplicar o triplicar el tiempo de viaje, así que hay que estar atentos a qué tren tomamos. La estación de Vác no está en el centro, pero el paseo es breve y muy agradable.


Calle de Vác entre la estación de tren y el centro.


La plaza central del 15 de Marzo, (día de la revolución de 1848) fue renovada hace unos años y es el lugar más bonito de Vác, con su iglesia blanca y sus coloridos edificios, casitas y comercios. Una parte de la plaza está ocupada por restos de una antigua iglesia, como puede comprobarse en la foto, con su típica forma de cruz. En verano hay un tren turístico que parte de esta plaza y realiza un recorrido por la ciudad.



Centro de Vác.


Un poco más lejos están la catedral, de considerable tamaño teniendo en cuenta la pequeña población de la ciudad, y el monumento a la santa Trindiad (szentháromság).


Catedral de Vác.


Yendo hacia el otro lado podemos degustar las exquisitas creaciones del pastelero húngaro László Mihály, quien se propuso hace años modernizar la repostería tradicional húngara. Ahí podemos probar su peculiar transformación de tartas tan famosas como la Dobos o la Eszterházy, además de otras propias y de sus deliciosos macarons. El sitio se llama Desszert szalon, y la dirección es Köztársaság út 21. La pastelería es muy pequeñita y cuenta con tan solo 3 mesas, pero normalmente la gente entra y compra para llevar. En verano hay una terraza con unas cuantas mesas más, bajo un enorme toldo que evita el sofocante sol estival. Eso sí, los precios son bastante elevados en comparación con otras pastelerías húngaras. Cada pastel cuesta entre 1000 y 1500 forint. Pero merece la pena venir de vez en cuando a darse el capricho.



Arriba, Dobos torta con unos macarons. Abajo Eszterházy torta. Con el original diseño de László Mihály.


Si seguimos caminando hacia ese mismo lado, llegaremos al lugar donde se alza el único arco de triunfo húngaro, llamado kökapú (puerta de piedra). En la costa de Danubio hay un gran parque con un paseo junto al río. Desde allí parten barcos hacia la isla de Szentendre, desde donde parte una carretera que cruza a Tahitótfalu, al otro lado del río.


El único arco de triunfo de Hungría se encuentra en Vác.

Paseo por la orilla de Danubio.


Vác es una sugerencia más que recomendable para una pequeña escapada desde la capital, que en total no os llevará más de una mañana o una tarde.


viernes, 10 de abril de 2015

Esztergom

Esztergom (en castellano y derivado del latín, Estrigonia), es una pequeña ciudad de 28.000 habitantes a unos 45 kilómetros de Budapest, muy famosa en Hungría por albergar la mayor basílica del país (mayor que la de San Esteban de la capital), de 118 metros de altura (como un edificio de 30 plantas), y 49 de ancho, cuya construcción duró 47 años. Se inauguró en 1869. Actualmente es la sede de la iglesia católica en Hungría. Esztergom  fue la capital de Hungría entre los siglos X y XIII, antes de trasladarse a Buda.


Basílica de Esztergom.

Szechényi tér, Esztergom.

La basílica se encuentra sobre un montículo, que le añade aún más altura, por lo que puede divisarse desde muchos lugares de Esztergom.


En realidad este municipio no posee mucho más atractivo turístico, y de hecho es un lugar bastante decadente, ya que hace años el ayuntamiento entró en quiebra y el mantenimiento de la ciudad es muy escaso. La atracción fundamental es la basílica y su cercanía a Budapest la convierte en un lugar muy frecuentado tanto por húngaros como por turistas extranjeros. Además, cruzando el puente sobre el Danubio se puede pasar a Eslovaquia, a la pequeña ciudad de Párkány (Stúrovo en eslovaco), habitada en su mayoría por húngaros étnicos. Pese a cambiar de país, puede escucharse el húngaro en sus calles y se puede pagar con forint en muchos comercios.

Por 700 forint (poco más de 2 euros), se puede subir a la cúpula de la basílica desde donde hay unas vistas privilegiadas a unos 100 metros de altura del entorno: la propia ciudad de Esztergom, Párkány/Sturovo y Eslovaquia al otro lado del río, el Danubio adentrándose en los suaves montes de dunakanyar y la pequeña cordillera de Pilis. Os dejo algunas fotos desde arriba para que os hagáis a la idea:








En verano hay un pequeño tren turístico que cruza el puente por la carretera. Sale de la misma basílica y se dirige hasta el mirador de Párkány, desde donde pueden hacerse las fotos de la basílica desde el lado eslovaco del Danubio. El actual puente, llamado Mária Valéria Híd tiene medio kilómetro de longitud y se inauguró en 2001 tras haber sido destruido en la segunda guerra mundial (casi 60 años antes, lo que nos da una idea de las relaciones entre ambos países). Hasta 2007, cuando entró el vigor el acuerdo de Schengen en Eslovaquia y Hungría, había controles fronterizos en ambos lados. También puede cruzarse andando o en coche.

Si cruzáis a Párkány, además de las pertinentes fotos frente a la basílica tengo que recomendaros el restaurante de campesinos (Közepkóri Parasztetterem), del cual ya escribí en una entrada anterior sobre el dunakanyar. Por desgracia dudo que el camarero hable inglés o que tengan la carta en inglés, pero si chapurreáis algo de húngaro o tenéis google translator podéis atreveros a entrar a zabálni (zampar) aquí. La decoración es muy tradicional, como lo es la vestimenta del camarero. No hay cubiertos, aquí se come con las manos las generosas raciones de carne servidas en una tabla de madera (un pato, medio cerdo...). Eso sí, ponen un cuenco de agua con limón para "limpiarse los morros" como dice el camarero. Podéis regarlo todo con un buen litro de cerveza servido en una enorme taza metálica. Los precios son bastante baratos teniendo en cuenta la cantidad de comida que ofrecen. Olvidaos de la nouvelle cuisine.


Vista de la basílica desde el lado eslovaco del Danubio, en Párkány.

Puente Mária Valéria Híd.

Señal de entrada a Hungría, en el puente.


Por lo demás, volviendo a Esztergom, hay un balneario inaugurado hace pocos años llamado Aquasziget, el cual no he visitado, y algún proyecto de hotel que terminó con una inacabada estructura de hormigón, cosas de la crisis. Se encuentran en la isla del Danubio que hay de camino a Eslovaquia, antes de llegar al puente. En la propia calle que va hacia el puente, haciendo esquina, hay una pastelería bastante buena que os puedo recomendar también, llamada Ettore cukrászda.

Para viajar a Esztergom en transporte público hay que tomar el autobús 800 en la estación de Árpád híd, al norte de Budapest, en la línea de metro 3 (la azul). El viaje dura alrededor de hora y cuarto debido a que, como todo buen autobús húngaro, para en todos los pueblos y apeaderos del camino. La estación de autobuses de Esztergom está algo alejada del centro, y como dije la ciudad no es precisamente hermosa, podéis tomar un taxi desde aquí o caminar un rato. Podéis consultar las frecuencias y horarios aquí. Están construyendo una nueva y moderna línea de tren que será más rápida, pero nadie se atreve a dar una fecha definitiva de apertura debido a los constantes retrasos de la obra.

martes, 7 de abril de 2015

Visegrád

Visegrád (del eslavo castillo alto), es un pueblo situado a los pies de una montaña en pleno dunakanyar (el giro o cayado del Danubio al norte de Budapest), muy conocido en Hungría ya que en la cima de dicho monte se encuentra el castillo de Visegrád, con unas impresionantes vistas de esta zona, llena de suaves montañas salpicadas por pueblos y por cuyos valles serpentea el río Danubio. Sin duda es una de las zonas más bellas de toda Hungría, y está a pocos kilómetros al norte de Budapest y Szentendre.


Castillo de Visegrád.


Dicho castillo fue un importante bastión defensivo, construido, como la gran mayoría, tras la invasión mongola. Muchos reyes húngaros eligieron Visegrád como su residencia oficial, además de haber sido un lugar donde se celebraron importantes reuniones y se firmaron acuerdos estratégicos entre Hungría, Polonia y Bohemia en 1335, de colaboración económica y no agresión mutua. De hecho Chequia, Eslovaquia, Polonia y Hungría forman actualmente el grupo Visegrád, fundado en este mismo lugar en 1991, y basado en el acuerdo de 1335.

Al castillo se puede llegar en coche mediante una carretera que sube desde el pueblo (yo he subido conduciendo un trabant, toda una experiencia), arriba se puede dejar en el parking privado de un hotel. También hay otro aparcamiento, pero creo recordar que era más caro.

Otra opción mucho mejor es subir andando por un agradable sendero, que poco a poco va alcanzando altura y teniendo cada vez mejores vistas. Sin duda es la que más recomiendo, ya que además en Hungría no hay mucha montaña y esta es una de las pocas excursiones cuesta arriba que nos ofrece el país. Arriba se puede visitar el castillo, la entrada no es muy cara, y disfrutar de las impresionantes vistas, además de las típicas exhibiciones de cañones, armas y tal. Muchas veces hay una ligera neblina sobre el río, sobre todo en otoño e invierno, pero aún así es espectacular.




Vistas del cayado del Danubio (dunakanyar) desde la subida al monte.


Para ir a Visegrád en transporte público, hay que hacerlo en el autobús 880 desde la estación de Újpest-Városkapu, al norte de Budapest, a la cual se llega fácilmente mediante la línea 3 de metro (la azul). Los autobuses son amarillos, de la compañía Volánbusz y parten cada hora. El viaje tarda casi hora y media, ya que para en todos los pueblos. Como pasa por Szentendre, también se puede continuar desde aquí el viaje hacia Visegrád. El autobús sigue hasta Esztergom. Se puede consultar el horario y recorrido clickando aquí.

Mi recomendación es bajar del castillo por el lado contrario al de subida, ya que por aquí se pasa por una fortaleza y una puerta medieval, situados ya casi abajo. En el pueblo hay algunos sitios baratos para comer por el centro, comida tipo gyros, carne o queso empanados, por unos mil forint. También hay algún restaurante con carta, depende de cuanto nos queramos gastar. Desde Visegrád parten barcos a la orilla contraria, donde está el pueblo de Nagymaros. Se puede ir en tren desde Budapest hasta Nagymaros (pasando por Vác) y luego cruzar el Danubio a Visegrád en barco en pocos minutos.




Castillo de Visegrád y sus vistas.


Fortaleza y puerta bajando por el otro lado.

El castillo de Visegrád en invierno, esta foto la tomé desde el tren volviendo de Praga, que va por la otra orilla del Danubio.

sábado, 4 de abril de 2015

Szentendre

Szentendre es una localidad situada a las afueras de Budapest, que debido a su belleza y cercanía se ha convertido en una escapada habitual para los residentes de la capital y muchos de los turistas que la visitan. Y no es casualidad. Un gran número de artistas húngaros ya eligieron en su momento Szentendre como lugar de residencia: escritores, poetas o músicos entre otros. Sus calles empedradas, sus múltiples iglesias, sus suaves colinas, cafés y restaurantes, el Danubio y su paseo en la orilla son algunos de los encantos de este lugar.






Los dos lugares más famosos de Szentendre son su plaza principal (Fő tér) y las calles Dumtsa Jenö y Bogdanyi út, llenas de pequeñas tiendas que venden todo tipo de souvenirs para los cientos de turistas que acuden cada día. Sin embargo, la magia de este pueblo es evitar precisamente esos bulliciosos lugares y perderse por sus calles empedradas, vacías de turistas y con el mismo encanto o más que la calle principal. La influencia mediterránea de dálmatas y serbios que habitan muchas de sus casas puede notarse en su ambiente. Szentendre no tiene un monumento especialmente famoso, ni un lugar obligatorio para ver, sino que es el conjunto de sus calles, y de su atmósfera lo que le da una magia especial.




Calles y vistas de Szentendre.


Para llegar aquí hay varias opciones: la más cómoda es mediante el tren cercanías, llamado HÉV, que parte de Batthyány tér (en Buda, se puede llegar mediante la línea 2 de metro). Tambié paran en Margit híd, en la orilla de Buda. Para viajar en él hace falta un billete normal de metro o abono, que te permite viajar hasta Békásmegyer, el límite urbano de Budapest. Desde aquí el mismo tren continua hasta Szentendre, pero se considera ya cercanías, por lo que junto al ticket de metro hay que comprar una extensión hasta Szentendre. El precio total ronda los dos euros, y parten cada 20-30 minutos.

Otra opción, muy recomendable para primavera, verano u otoño, es la bicicleta, ya que hay un bicicarril desde Budapest hasta Szentendre, y es una ruta muy popular, especialmente los fines de semana con buen tiempo. El primer tramo es por Buda, luego por la agradable rivera del Danubio y el último tramo ya interior hasta Szentendre. Algunos tramos son de asfalto, aunque otros son un poco más salvajes. Hay varias rutas, pero en general, cuanto más cerca del río vayas, más bonita aunque peor camino. Es recomendable una bici de montaña, aunque con una de paseo también se puede ir.




Bicicarril Budapest-Szentendre, en varios de sus tramos.


Para comer, os recomiendo dos lugares, especialmente el restaurante Adriá, en la calle Kossuth Lajos, justo antes de cruzar el puente que lleva a la calle principal de Szentendre, hará vuestras delicias, especializado en cocina adriática y mediterránea (serbia y griega), las raciones son pequeñas y económicas, así que se puede pedir un gran plato variado, de diferentes tipos de quesos, salsas, ensalada y el famoso pljeskavica serbio (una carne picada mezcla de cordero, cerdo y vaca). Los tés son excelentes, por cierto. El restaurante es diminuto, con unas 4-5 mesas en su interior, aunque en verano hay una terraza muy acogedora. Otra excelente opción es Bibione, especializado en pasta y pizza, situado un poco más allá en una calle encantadora que cuenta con su propio ruin pub tipo Szimpla.


Restaurante grecoserbio Adriá.


Para tomar café sugiero varias opciones: la archiconocida pastelería Szamos (con pasteles excelentes, aunque servicio lento y algo torpe, y un pelín caro) es el lugar más típico, aunque por el pueblo hay varias cafeterías más recomendables, como Dorothea café, mi favorita, con unas tartas que nada tienen que envidiar a Szamos. Se encuentra cerca de la plaza principal, en la calle Jankó János. Otro sitio es Dalmát, situada en la calle Bartók Béla, sobre una colina desde la cual hay unas vistas espectaculares de Szentendre, sus iglesias y el Danubio.



Arriba, interior de Dorothea y debajo, terraza de Dalmát.


Szentendre es una escapada perfecta para un día, no hace falta dormir allí. Yo tan solo pasé una noche una vez, hace ya años, en Corner panzió, muy cerca del río y totalmente céntrica, que puedo recomendaros si buscáis alojamiento.

Hay varios museos y exhibiciones en la ciudad. Os recomiendo el museo del mazapán, de la propia Szamos, donde hay multitud de trabajadísimas esculturas y figuras hechas de este alimento, incluso puedes ver a los pasteleros en plena elaboración. La entrada es bastante económica, y está junto a la propia Szamos cukrászda.


Escultura de mazapán del parlamento de Budapest.


Si venís a Budapest y tenéis tiempo, os recomiendo encarecidamente la visita a Szentendre. Y para aquellos que viven en Budapest, venir aquí de vez en cuando un sábado o domingo, o si se puede entre semana, es obligatorio.


Puesta de sol desde el HÉV, de regreso a Budapest.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...