martes, 18 de diciembre de 2018

Oleada de protestas por la "ley esclavista"

Estos días en Budapest se están viviendo intensas manifestaciones y protestas de una intensidad pocas veces vista en Hungría, contra el gobierno de Fidesz y el primer ministro Viktor Orbán, por la aprobación en el parlamento de la denominada "ley esclavista". La noticia acapara la prensa húngara, sin embargo, y a diferencia de otro tipo de protestas, ha pasado casi de puntillas por la prensa internacional.

La ley aprobada en el parlamento el pasado 12 de Diciembre básicamente elimina las trabas burocráticas que existían para poder aumentar las horas extra anuales hasta 400 (con lo que la jornada laboral pasaría de 40 a 48 horas semanales). Además aumenta de 1 a 3 años el período de tiempo que tienen las empresas para pagar estas horas (aunque suele hacerse de forma mensual). En teoría, requiere de un acuerdo entre trabajador y empresa de forma individual (sin mediación sindical). El sueldo será de un 50% más en las horas extra y del 100% más si es día festivo. Esta ley contó con el rechazo frontal de casi toda Hungría (las encuestas hablan de un 83% de la población en contra), sobre todo porque parece difícil que los trabajadores puedan negarse a realizar esta gran cantidad de horas extra si son presionados por las empresas.


Viktor Orbán en la sesión del 12 de Diciembre, día en que se aprobó la ley.


El argumento principal que sostiene Fidesz (el único partido a favor), es que esta ley es de interés para el obrero, ya que con ella la persona que quiera puede trabajar más y ganar más dinero, además requiere del acuerdo previo entre trabajador y empresa. El primer ministro Viktor Orbán no ve posible que el obrero sea despedido si se niega a ello, debido a la falta de mano de obra en Hungría. Además negó públicamente que esta ley fuese una condición impuesta por BMW (que en verano anunció la construcción de una gran fábrica en Debrecen). Defendió también que en la UE hay países con leyes similares (aunque en realidad el único es Letonia, el resto están bastante por debajo)

Evidentemente los ciudadanos húngaros se han lanzando a la calle en masa, especialmente en Budapest, donde se han vivido manifestaciones de una virulencia muy poco habitual en Hungría. Los partidos de la oposición han encabezado gran parte de estas marchas y ha habido enfrentamientos entre manifestantes y policías, algo que no suele ocurrir en este país.


Manifestación encabezada por numerosas personas con banderas de Jobbik (nótese alguna del MSzP y del DK al lado de ellos).


Como decía, el pasado 12 de Diciembre se aprobó en el parlamento húngaro esta llamada "ley esclavista" en medio de un gran "show" (primero con un intento de bloquear la tribuna de oradores por parte de diputados de DK y MSzP, que ocuparon la escalera que sube al estrado para evitar que se pudiese abrir la sesión, finalmente se tuvo que abrir desde el asiento de un diputado), el LMP se dedicó a tirar papelitos por la sala... Finalmente se produjo la votación con el resultado de 130 votos a favor (los de la coalición del gobierno, Fidesz-KDNP), 1 abstención y 52 en contra. Como protesta, después de la votación la oposición se retiró del parlamento.

Las manifestaciones en Budapest contra esta ley comenzaron varios días antes de que se celebrase la votación, encabezadas por una amalgama de líderes de los partidos opositores, sindicatos y las clásicas organizaciones opositoras (los llamados "chicos de Soros"), pero esta vez han contado con un apoyo popular poco habitual (probablemente no se veía algo igual desde las protestas por el impuesto especial a Internet que quiso implantar Fidesz hace 4 años (ver este link del blog al especto), además de peleas entre algunos manifestantes y policías, e incluso intentos de entrar por la fuerza a la sede de la TV pública húngara (algo muy simbólico por los sucesos del año 2006). Por cierto que la tasa a Internet fue en su momento retirada antes incluso de entrar en vigor a raíz de las protestas.




El mismo día que se aprobó la ley, en Budapest se organizó una gran manifestación que finalmente se dividió en varios grupos, uno que se dirigió a la sede de Fidesz, otro al puente de las cadenas (que cortó el tráfico), otro intentó entrar al parlamento húngaro y otro que protagonizó diversos choques con la policía, que tuvo que emplear gas lacrimógeno. Una minoría arrojó piedras, huevos, petardos y bombas de humo a la policía, e incendió mobiliario urbano, muchas veces siendo recriminados por otros manifestantes. Parece que los jóvenes de Momentum fueron los más violentos, aunque también había sectores de extrema derecha y extrema izquierda. Muchas protestas eran espontáneas y se dividían en grupos que ocupaban lugares emblemáticos, provocando que la policía estuviese desorientada y confusa.

El día 16, una gran manifestación salió de la plaza de los héroes hacia el parlamento húngaro en una gélida tarde a varios grados bajo cero (Hungría atraviesa estos días la primera ola de frío de este invierno), y desde allí una parte se dirigió a la sede de la TV pública húngara, donde varios diputados de la oposición (Hadházy y Szél) entraron al edificio y se negaron a salir hasta que no consiguiesen leer una serie de oposiciones. La TV se negó a retransmitir estas peticiones y finalmente los diputados decidieron salir, para dirigirse a las oficinas de varios medios de comunicación afines a Fidesz.

Hoy día 18 se han reproducido las protestas en la capital, aunque con menos intensidad, sin embargo se han extendido a otras ciudades húngaras como Szeged, Miskolc, Debrecen, Békéscsaba, Veszprém o Győr.


Manifestación antes de salir de la plaza de los héroes

Junto a la estación de tren de Nyugati.

Manifestantes cruzando el puente Margarita sobre el Danubio.

La policía utilizó gas lacrimógeno en la plaza del parlamento.

Coche de la policía con la luna trasera destrozada.


fotografías: index.hu


Como decía antes, ha habido un gran apoyo popular que ha provocado manifestaciones mucho más masivas de lo habitual, similares a las que se produjeron hace 4 años por el impuesto a Internet que quería implementar el gobierno. En esta ocasión, al igual que en aquella, el gobierno húngaro ha ido en solitario contra su propio pueblo, ese que dice defender de la tiranía de las multinacionales y los dictados de la Unión europea. Y es que esta ley parece hecha a medida de las propias multinacionales, que probablemente hayan puesto al gobierno como condición a cambio de expandir sus fábricas en Hungría, para asegurar sus inversiones, teniendo en cuenta la falta de mano de obra del estadio magiar por la gran emigración que sufre como consecuencia de los bajos salarios, que hace que muchos jóvenes hagan las maletas y se vayan a la cercana Alemania, a Austria o al Reino Unido.

En este caso es evidente la estrategia populista del primer ministro Viktor Orbán, que hace poco criticaba a Tesco o Audi por los bajos salarios y se situaba junto a las clases trabajadoras en sus reivindicaciones. Esta sería sin duda una buena ocasión para la prensa internacional para azuzar un poco más al líder húngaro, pero sin embargo apenas ha publicado nada al respecto (por ejemplo, hace meses, cuando hubo manifestaciones más minoritarias por el traslado de la CEU a Viena, no faltaron los clásicos artículos "periodísticos" criticando a Orbán). Algo que sin duda da que pensar. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Estaremos pendientes de cómo acaba todo esto, pero al contrario que en 2014, no parece que ahora Fidesz vaya a retractarse, lo cual puede costarle una buena parte del apoyo popular que tiene (que es mucho, y que seguramente le permita hacer este tipo de cosas, aunque ya veremos). Desde luego es una maniobra política, cuanto menos, arriesgada.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Hungría vs. la UE: el informe Sargentini

Estos días Hungría ha vuelto a la palestra debido a la amenaza de la Comisión Europea de adoptar medidas contra el Estado magiar, en base al informe Sargentini. Este informe debe su nombre a una eurodiputada holandesa de un partido "verde", llamada Judith Sargentini, consta de varios puntos, y pide que se ponga en marcha el procedimiento sancionador contra Hungría previsto en el artículo 7 por violación grave de los principios democráticos. Es la primera vez que una medida de este tipo se utiliza en la historia de la UE a iniciativa del parlamento. Haciendo un breve resumen, los puntos en los que se basa son los siguientes:

- Aumento de las denuncias de solicitantes de asilo e inmigrantes por parte de las autoridades fronterizas en Hungría, así como la restricción en las medidas fronterizas y legislativas en cuanto a acceso a los procedimientos de asilo.

- El actual marco legislativo húngaro no garantiza plenamente una prensa sin censura u obstáculos a la libertad de informar. Se restringen los derechos para acceder a la información sobre el gobierno.

- Corrupción y conflictos de intereses entre los diputados húngaros, y hallazgo de graves irregularidades en la investigación sobre 35 contratos de alumbrado público.

- Injerencia en el derecho a la intimidad, al existir leyes húngaras sobre la vigilancia secreta con fines de seguridad nacional que permiten la interceptación masiva de comunicaciones.

- Actitudes patriarcales estereotipadas en Hungría con respecto a la posición de la mujer en la sociedad, y que el código penal húngaro no protege plenamente a las mujeres víctimas de la violencia doméstica.

- Preocupaciones sobre el sistema electoral húngaro, con restricción al acceso a la información y las libertades de los medios de comunicación par informar en la campaña y que pese a que esta era amplia, estaba muy polarizada y carente de análisis crítico.

- Falta de transparencia en las consultas ciudadanas e insuficiente participación de la sociedad civil, así como enmiendas a la constitución de Hungría en repetidas ocasiones, y preocupación sobre el proceso de la elaboración de la constitución en Hungría.


La eurodiputada holandesa Judith Sargentini, impulsora de este informe.
fuente: index.hu


Vamos, básicamente es un documento que agrupa todas las acusaciones que se han vertido contra el gobierno del Fidesz, encabezado por el primer ministro húngaro Viktor Orbán, durante estos últimos años. La mayor parte de las fuentes de este informe son: la ONU y su Comité de Derechos Humanos, la CE, ONGs varias, la OLAF, la OSCE y "periodistas de investigación".

El miércoles 12 de Septiembre se produjo la votación de este informe, con los siguientes resultados: de los 750 europarlamentarios, había presentes en la votación 693. De ellos, 448 votaron a favor de la aprobación del informe, 197 en contra y 48 se abstuvieron. Es decir, teniendo en cuanta solamente a los que votaron "sí" o "no", algo más de 2/3 lo hicieron a favor, requisito que era necesario para que la votación prosperase.


Resultados de la votación: participantes 693, a favor 448, en contra 197, abstenciones 48.
fuente: origo.hu


Ahora Hungría tiene tiempo para reiniciar las conversaciones y rectificar en estas materias. Si los otros gobiernos no están satisfechos con las respuestas, se haría una segunda votación sobre de si creen que se violan los valores europeos fundamentales en Hungría. Al menos 4/5 partes de ellos (22 de los 27 países, descontando Hungría) deberían hacer tal declaración. Y posteriormente, de aprobarse lo anterior, para iniciar las sanciones, se requiere una última votación con unanimidad total entre los países (obviamente Hungría no tendría tampoco voto en esta segunda ocasión).

Estas sanciones engloban suspender determinados derechos de Hungría en la UE, como el derecho a voto. De todas formas el gobierno polaco ya ha anunciado que va a vetar las sanciones contra Hungría, así que en teoría no podrían prosperar. Varios países como República Checa o Eslovaquia harían los propio de suspenderse el derecho a veto a Hungría y Polonia simultáneamente.

El gobierno húngaro, lejos de amedrentarse, va a solicitar la anulación de esta votación, ya que argumenta que no se han tenido en cuenta las abstenciones (con ellas no se llega a esta mayoría de 2/3). Además está muy disgustado con el informe, en el que podrían haberse falseado algunos datos, por ejemplo, el informe menciona a dos universidades húngaras como colaboradoras, pero ambas han rechazado categóricamente haber participado en su elaboración. Según Orbán, la sentencia ya estaba dictada de antemano y que es una venganza por haberse cerrado ante la inmigración. Lejos de rectificar, promete seguir luchando, ya que, según él, en las políticas internas de los países no pueden sobreponerse organizaciones externas sobre los gobiernos votados legítimamente por sus ciudadanos.


Viktor Orbán sigue firme en su pulso con la UE: la soberanía nacional está por encima de las órdenes de Bruselas en los asuntos internos de cada país.
fuente: index.hu


Lo cierto es que la mayoría de las fuentes de este informe, tienen bastante poca credibilidad. A estas alturas, salvo los más cándidos, todos saben de qué palo van estas supuestas ONGs, por no hablar de la ONU, esa organización fundada por los ganadores de la 2º guerra mundial, que utilizan para legitimar y justificar sus intervenciones en terceros países.

En cualquier caso, la guerra entre Orbán y la UE está llegando a su punto álgido tras años de batallas. De todas formas, dado que varios países le apoyan en la UE (especialmente el grupo de Visegrado), y que para aprobarse las sanciones se requiere unanimidad, todo esto no va a tener finalmente consecuencias severas para Hungría. Sin embargo, al Fidesz de Orbán es posible que le expulsen del Partido Popular Europeo, del que aún forma parte (en la votación, el PPE votó mayoritariamente a favor del informe).

Hay que tener en cuenta un probable escenario: si tanto la UE como Orbán siguen avanzando en su pulso, se corre el riesgo de dividir a la propia UE en dos bloques polarizados, algunos analistas ya se han puesto en el peor de los casos y han denominado a la votación del informe Sargentini como "el comienzo del fin de la UE".

A lo largo de estos años escribiendo en el blog, he repasado las políticas de Orbán y su poca sintonía con las de la UE. Que es básicamente el quid de la cuestión, aunque se disfrace de derechos humanos, libertad de prensa, discriminación y demás. El primer ministro húngaro no está  a favor de ceder soberanía nacional, considera que la UE tiene su campo en el marco de política y economía exterior, pero no en el de los asuntos internos de cada Estado miembro. Su intervencionismo en la economía nacional frente al liberalismo económico, la apertura a mercados como China y Rusia, o su defensa de valores como familia, tradición y cristianismo frente a multiculturalismo y globalización le han generado numerosos y poderosos enemigos. Entre ellos, el famoso George Soros.

Para aquel que le interese profundizar en todo esto, y en qué está pasando realmente en Hungría frente a las manipulaciones que cuenta la mass media (es imposible hacerlo en un solo artículo), dejo unos enlaces a entradas antiguas, donde en su día traté de analizar las políticas de Viktor Orbán y sus encontronazos con la UE:

Elecciones de Abril de 2018 (mayoría absoluta de Fidesz) y panorama político en Hungría

Polémica acontecida entre la Universidad Central Europea y Viktor Orbán

Cierre del periódico Népszabadság y protestas en Hungría

Referéndum en Hungría contra las cuotas migratorias de la UE

Instauración del capitalismo en el antiguo bloque socialista europeo (I)

Instauración del capitalismo en el antiguo bloque socialista europeo (II)

Tensión entre Juncker y Orbán: "hola dictador"

Corrupción en Hungría: el caso de Felcsút

domingo, 19 de agosto de 2018

San Esteban, 20 de Agosto y la tarta del país

El próximo lunes 20 de Agosto se celebra en Hungría el día de San Esteban, uno de los días festivos más importantes del año. Además de los tradicionales fuegos artificiales por la noche que se lanzan desde el Danubio en Budapest, se monta el mercadillo anual en la ribera del Danubio, que durante este día se cierra al tráfico y los peatones pueden pasear tranquilamente entre puestos, degustando bebidas y comidas típicas húngaras, o ver a los artesanos trabajar diferentes materiales. Generalmente está bastante masificado, pero merece la pena echarle un vistazo. En años pasados, por lo que imagino que en este también, se celebra una jornada de puertas abiertas en el parlamento de Budapest, que puede visitarse de forma gratuita si uno está dispuesto a hacer una enorme cola (visitar el parlamento húngaro era gratuito todos los días hasta hace algunos años para los ciudadanos de la UE, ahora toca pasar por taquilla). Este año, además, al caer en lunes, mucha gente tiene fiesta tres días seguidos, por lo que seguro que muchos aquincenses se escapan al lago Balaton o a hoteles-Spa de provincias. Sin embargo mucha gente de provincias acude a visitar la capital en este día festivo. Así que dudo que el ambiente de la capital esté tranquilo.


Puente de las cadenas y fuegos artificiales del 20 de Agosto.


Además, el 20 de Agosto se desvelará la receta de la tarta nacional de este año, que se llama Komáromi kisleány (niña de Komárom) y está elaborada con una base de pasta de miel y nuez, sobre la que se asienta una gruesa capa de crema de vainilla, con una lámina de pera interna y otra de chocolate por encima, especiada con canela y jengibre. Promete.

Sobre este concurso anual, llamado en húngaro Az Ország tortája (traducido como "la tarta del país"), ya he escrito previamente en el blog, pero a modo de resumen diré que es una competición en el que cada año los maestros pasteleros húngaros de las confiterías más importantes de cada ciudad inventan una nueva tarta, generalmente fusionando la repostería tradicional magiar con toques modernos y creativos. Un jurado decide cuál es la ganadora, y aunque su nombre y principales ingredientes se dan a conocer un poco antes, es el 20 de Agosto cuando se desvela la receta que muchas pastelerías húngaras imitarán a partir de ese día para que sus clientes puedan degustarla. Además, el propio 20 de Agosto se reparte de forma gratuita en un stand de Budapest situado junto al mercado de la ribera del Danubio.


Tarta ganadora de 2018: Komáromi kisleány
fuente: origo.hu


Esta competición se celebra desde 2007, y desde 2012 también se otorga un premio a la mejor tarta sin azúcar. Cada vez es más habitual ver en las pastelerías de Hungría muchas tartas sin azúcar, algo importante en un país donde la obesidad en uno de los principales problemas de salud. Este año la ganadora es Három kívánság (tres deseos), y se elabora con una base de bizcocho de almendra, semilla de chía y nuez, sobre la cual se extiende cereza y requesón.

San Esteban fue el fundador del Reino de Hungría, allá por el año 1000, y primer rey húngaro, recibiendo el título "rex" del papa. Su reinado duró casi cuatro décadas, hasta el año 1038. San Esteban ha sido fundamental en la historia de Hungría, ya que fomentó el cristianismo y el latín en Hungría con el objetivo de integrarse con sus países vecinos tras décadas de batallas (recordemos que los húngaros habían llegado a Europa en forma de tribus paganas, tras una larga migración desde los urales). A su vez, centralizó los poderes en la capital y creó un sistema de condados, estabilizando de forma importante la política, sociedad y economía nacional de la época, y sentando las bases del Estado húngaro. El rey Esteban fue canonizado el 20 de Agosto de 1083 y por ello este día es festivo nacional en Hungría.


Estatua del rey San Esteban en el castillo de Budapest.

lunes, 9 de julio de 2018

Viajar a Hungría en coche desde España (II)

Retomando la entrada previa, propongo otros recorridos interesantes al país magiar, en esta ocasión, en lugar de pasar por el sur o el norte de los Alpes, los atravesaremos directamente.

Opción 3: Variante transalpina por Suiza y Austria (2.207 kms, 21:52 horas).

Ofrece atravesar los Alpes a través de autopistas de montaña, un recorrido de gran belleza, que se puede ver en el primer mapa, y que en la ciudad austríaca de Salzburgo se juntaría con el segundo recorrido descrito en la entrada previa (el que pasaba por Alemania).

Las contras de este viaje son los elevados precios de los alojamientos, especialmente en épocas invernales, por el turismo de esquí. Además en esta mencionada época las condiciones meteorológicas (hielo, nieve, oscuridad...) pueden ser una dificultad añadida en un viaje tan largo.




Otra opción es realizar el viaje hasta Zurich y ahí desviarse al sur hasta Milán, atravesando el túnel de San Gotardo y la ciudad de Lugano, donde puede tomaríamos la primera ruta propuesta (en la anterior entrada). Esto último está dibujado en el segundo mapa a continuación.




Opción 4: Variante transalpina por el túnel del Mont Blanc y el valle de Aosta (2.178 kms, 20:51 horas).

Ruta de gran belleza, que ofrece cruzar los Alpes atravesando la montaña más alta de esta cordillera, el Mont Blanc, y salir a Italia por el valle de Aosta, hacia Turín y Milán, para unirse a la primera ruta descrita hasta Hungría. Además es una opción algo más corta que las otras.

Las contras son las mismas que en la opción 3, es decir, elevados precios debido al abundante turismo y la dura meteorología invernal en los Alpes que añade dificultad a un viaje tan largo si se realiza en invierno (aunque las montañas nevadas son espectaculares).



No hace falta decir que podemos incluso parar varios días en zonas concretas, dando una pequeña vuelta extra a nuestro recorrido. Por ejemplo, aprovechar para recorrerse la Toscana, la costa de Croacia, los valles de los Alpes, o los pueblos de la Costa Azul, pueden dar un encanto extra a nuestro viaje.

Por último unos pequeños consejos respecto a los peajes.

Francia: el sistema de peajes es similar al español. Los pagos se realizan en efectivo o con tarjeta mediante una parada obligatoria en algún punto del recorrido de cada autopista. Hay algunas autopistas gratuitas similares a las autovías españolas, aunque son infrecuentes. Recorrer el sur de Francia puede costarnos entre 80 y 100 € en peajes dependiendo de por donde lo hagamos.

Alemania: por el momento las famosas autobahn alemanas son gratuitas (aunque se está barajando implantar un sistema de viñeta), y además, en gran parte de ellas no hay límite de velocidad obligatorio (aunque está recomendado no sobrepasar los 130 kms/h).

Austria: al entrar al país hay que parar y comprar una viñeta o pegatina que hay que colocar en el parabrisas delantero, y nos da derecho a utilizar las autopistas austríacas. El precio depende del tiempo que queramos utilizarla, el mínimo es de 9 € para 10 días.

Suiza: al entrar al país es obligatorio adquirir una viñeta que cuesta en torno a 35 euros y es necesaria para utilizar las autopistas suizas, nos da derecho a hacerlo todo el año en el que se adquiere.

Italia: mismo sistema de peajes al español, pagando en las propias autopistas que se utilizan. Recorrer el norte de Italia de este a oeste sale por unos 50 € en peajes aproximadamente.

Eslovenia: sistema de viñeta. Para vehículos de menos de 3.500 kg. el mínimo es la de una semana que cuesta 7.50 €.

Nota: los túneles del Mont Blanc tienen un peaje de 44 € por recorrido. 

sábado, 7 de julio de 2018

Viajar a Hungría en coche desde España (I)

Viajar a Hungría en coche desde España es toda una experiencia, ya que nos "obliga" a recorrernos media Europa. Desde luego lo ideal es realizar este viaje desde la tranquilidad, organizando paradas en varios sitios, y tomándonos varios días. No obstante, si las circunstancias nos obligar a "chupar" asfalto sin parar, hay que saber que desde la frontera de Irún hasta Budapest hay poco más de 2.000 kilómetros de distancia (más o menos el equivalente a un viaje de ida a vuelta del norte al sur de España), y que con 2 conductores turnándose en el mismo vehículo puede hacerse en poco más de 20 horas seguidas, o en 2 días haciendo noche en mitad del camino para descansar.

No obstante, como dije antes, el potencial de cruzar la costa azul francesa, los Alpes, el norte de Italia, la selva negra alemana, o ciudades como Niza, Milán, Venecia, Viena, entre otras, hacen de viajar a Hungría en coche algo muy interesante. El tema económico (gasolina, peajes y alojamiento), hacen del coche una opción más cara que el avión (desde que están las aerolíneas low-cost, claro), aunque si viajan varias personas con maletas, no hay tanta diferencia de precio. Y así uno no depende de cancelaciones, retrasos, pérdidas de maletas y demás fastidios con las que las compañías aéreas nos tienen acostumbrados a los que no nos queda más remedio que subirnos a un avión.

En estos viajes puede comprobarse que para millones de europeos, recorrerse medio continente es algo relativamente convencional. Podemos ver cómo miles de coches con matricula española se dirigen a Rumanía (la enorme colonia rumana afincada en España suele viajar en verano de vacaciones a su país de origen en coche), o las decenas de miles de alemanes o escandinavos que veranean en España y viajan en sus coches o caravanas. Asuntos de trabajo, familiares o parejas Erasmus han llenado las autopistas europeas, en ese fenómeno bautizado como globalización.

El único país que tenemos que cruzar obligatoriamente es nuestra vecina Francia. Desde la frontera gala se nos abren múltiples opciones: el norte de Italia y Eslovenia, Suiza y Austria o Alemania. Para simplificar las cosas, en las rutas que voy a plantear en esta serie de entradas utilizaré un hipotético viaje desde Irún hasta Budapest. El viaje en España hasta la frontera dependerá de la ciudad de origen, igualmente el que no vaya a la capital húngara tendrá que añadir el camino hasta su destino, dentro de tierras húngaras. Y si uno cruza por La Jonquera, también será diferente.

Opción 1: Variante por la costa azul francesa, el norte de Italia y Eslovenia (2.144 kilómetros, 19:36 horas de viaje).

La principal ventaja de este viaje es que es la opción más corta en kilómetros, ya que físicamente es el viaje más "recto" posible, además de poder parar en ciudades como Marsella, Niza, Mónaco, Génova, Milán, Turín, Venecia o Lubiana. La costa azul francesa, o el norte de Italia son regiones de gran belleza que podremos disfrutar por el camino. Igualmente la belleza de Lubiana y Eslovenia puede sorprender a quienes no conozcan este hermoso y pequeño país.

Las contras de este viaje son: por un lado, el elevado precio de los peajes de las autopistas de la costa azul y el norte de Italia, además de la gran saturación de tráfico que tienen estas carreteras, especialmente es la época estival, que puede ser que coincida con nuestro viaje. Además, los alojamientos también tiene precios elevados en verano, aprovechando el tirón turístico de la zona.



Opción 2: Variante por el sur de Alemania y Austria (2.203 kilómetros, 21:22 horas de viaje).

Es probablemente la ruta más práctica. Aunque es un poco más larga que la previa, las autopistas alemanas gratuitas hacen que el presupuesto de este viaje sea más asequible. Además de no estar tan masificado como la primera opción, igualmente, por este motivo, los precios de los alojamientos son más económicos. A lo largo de este viaje podemos visitar la selva negra o la Baviera alemanas, así como la capital austríaca.

La única contra es que la belleza del mediterráneo francés, los Alpes o las ciudades del norte de Italia nos quedarán bastante lejos. Y que en kilómetros y tiempo es un poco más larga que la opción previa.



En la próxima entrada escribiré acerca de las opciones de viajar a Hungría desde España atravesando los Alpes por varios lugares, también muy atractivas, además de varios consejos e información sobre precios, peajes o viñetas, entre otros.

lunes, 9 de abril de 2018

Elecciones Parlamentarias: Fidesz arrasa de nuevo

Nota: para leer el artículo con el análisis previo a estas elecciones, haz click aquí.

Ayer domingo día 8 de Abril se celebraron en Hungría elecciones parlamentarias para el período de gobierno de los próximos 4 años, y tal y como afirmaban las encuestas, la alianza entre Fidesz y KDNP venció los comicios. De esto no había duda. Lo realmente interesante era si conseguirían 2/3 de los escaños del parlamento, cosa que les otorgaría poderes como cambiar la constitución, etc. De todas formas esto no era algo tan importante como pueda parecer, ya que el grueso de cambios de la carta magna y las leyes fundamentales ya estaba hecho en los años previos, por lo que obtener los dos tercios, en esta ocasión, era algo más bien simbólico.

Y también lo han logrado. Con el 99% de los votos escrutados, Fidesz-KDNP ha logrado 134 de los 199 escaños del parlamento, esto es, los 2/3. En segundo lugar ha quedado Jobbik (extrema derecha tradicional que últimamente se ha ido moderando considerablemente), que obtuvo 25 escaños y el 20% de los votos, y en tercer lugar una alianza entre el Partido Socialista y Párbeszéd, con 20 escaños y el 12.5% de los votos. Por último, pequeños partidos como DK o LMP han logrado entrar al parlamento con 9 y 8 escaños respectivamente, además de otros pequeños grupos con un escaño cada uno, como describo más adelante.

El parlamento húngaro consta, como decía, de 199 escaños, que se reparten mediante un sistema mixto: 106 escaños mediante los respectivos distritos electorales unipersonales, donde gana el candidato más votado, que ocupa un lugar en el parlamento. Los otros 93 escaños, se ocupan por un sistema de listas nacionales, donde los escaños se asignan en función del porcentaje de votos de cada partido.

Participación electoral: 68.13% (en 2014 fue del 61.24% y en 2010 del 64.02%).

Resultados con el escrutinio del 98.96% de los votos (Partido, escaños totales, escaños por distritos unipersonales, escaños por listas de partido, porcentaje total de votos):

- Fidesz-KDNP: 134 escaños (91 + 43), 48% de votos.
- Jobbik: 25 escaños (1 + 24) 19.7% de votos.
- MSZP-Párbeszéd: 20 escaños (8 + 12) 12.5% de votos.
- DK: 9 escaños (3 + 6) 5.6% de votos.
- LMP: 8 escaños (1 + 7) 7% de votos.
- Independientes: (1 + 0)
- Együtt: (1 + 0) 0.65% de votos.
Alemanes: (0 + 1) 0.5% de votos.

Comparativa con los resultados de las elecciones de 2014:

Fidesz-KDNP: 133 = 96 + 37
Coalición socioliberal: 38 = 10 + 28
Jobbik: 23 = 0 + 23
LMP: 5 = 0 + 5

Unas gráficas donde se ve de forma clara cómo Fidesz ha arrasado en los comicios:


Escaños del parlamanento: Fidesz (naranja), Jobbik (verde oscuro), Social-liberales (rojo), DK (azul), LMP ecologistas (verde claro), Alemanes (azul oscuro), Independientes (negro), Együtt (marrón).

Distritos electorales de Hungría. Fidesz ha ganado en 91 de los 106. Fuera de Budapest solo ha perdido un distrito de Szeged (Socialistas), Dunaújváros (Jobbik) y un distrito de Pécs (Independientes).

Budapest posee 18 distritos electorales, que han quedado muy repartidos (al revés que en el resto del país). Fidesz ha logrado 6 distritos en la capital, los Socialistas 7, DK 3, LMP 1 y Együtt 1.
Imágenes: valasztas.hu


Ayer a la noche Fidesz celebró por todo lo alto su victoria, en un evento al aire libre al lado del edificio Balna ("la ballena"), junto a sus seguidores, en Budapest, disfrutando del buen tiempo que por fin, tras un largo invierno, ha llegado a Hungría coincidiendo con estas elecciones.



Evento de Fidesz donde celebraron la victoria electoral el domingo por la noche. Arriba en el centro, el primer ministro húngaro Viktor Orbán.
Imágenes: M1


El varapalo para la oposición ha sido tal que se ha producido una oleada de dimisiones masivas: ha dimitido Gábor Vona, líder del Jobbik, también lo ha hecho toda la dirección del Partido Socialista, y el presidente de Együtt, Juhász. Igualmente ha renunciado a su puesto uno de los presidentes del LMP, Hadházy. Con tanto movimiento de banquillo es un enigma cómo estará la política húngara allá por 2022 cuando se celebren las siguientes elecciones. ¿Logrará Fidesz un cuatro triunfo consecutivo? ¿Se reorganizará la oposición?


Gábor Vona (Jobbik) ha dimitido tras los resultados electorales.
Imagen: index.hu


La anécdota del día fueron las grandes colas que se formaron en dos colegios electorales de Budapest, que cerraron sobre las diez y media de la noche, cuando votó la última persona. El resto de colegios llevaban cerrados desde las 7 de la tarde, la hora oficial de cierre, y contando los votos sin que los resultados pudieran salir a la luz hasta que cerrase el último colegio electoral. Las colas para votar eran comprensibles dada la alta participación, aunque el colapso de los 2 colegios electorales que cerraron fuera de hora se debió a estar en una zona universitaria, donde muchos estudiantes y trabajadores fueron a votar pese a estar censados en otras ciudades, o pueblos de provincias, donde les correspondería ejercer su derecho al voto. Sin embargo, mediante un permiso especial, pueden votar en otra zona que no les corresponde, en este caso en Budapest, al encontrarse viviendo allí temporalmente. No es la primera vez que ocurre algo, así, de hecho en las elecciones de 2010 la última persona en votar lo hizo a la 1 de la madrugada.


Cola para votar en el colegio Bocskai, en Budapest, ya entrada la noche, fuera del horario electoral.
Imagen: index.hu

La principal conclusión de estos comicios es el masivo apoyo de Hungría a Fidesz y a Viktor Orbán, que recibió uno de cada dos votos. El resto se repartieron entre una oposición fragmentada desde la hecatombe socialista de 2010, que no ha sabido presentar una alternativa de calado contra Orbán. El Partido Socialista no se ha podido recuperar desde que dejara Hungría al borde de la quiebra. La alternativa la tomó la extrema derecha (Jobbik), que se dio cuenta de que si de verdad quería llegar al poder, debía moderar enormemente su discurso (y sobre todo sus actos), cosa que ha hecho pero que no parece que haya surtido mucho efecto, salvo para ser el principal partido de la oposición, muy lejos de cifras que les permitan ser una alternativa al gobierno. El resto de pequeños partidos son el DK (sin comentarios, su líder Gyurcsány montó este chiringuito después de falsear las cuentas de Hungría y salir casi a palos del gobierno y el Partido Socialista) sin ninguna opción seria de nada (de hecho está contento con haber llegado justo al 5% para entrar al parlamento y seguir chupando del bote) y el LMP, los ecoprogres, que no han pasado del 7% de votos, y pese a haber mejorado algo, siguen en cifras discretas.

Estos días incluso he leído algún artículo sobre un hipotético pacto entre Jobbik (extrema derecha) y Social-liberales para desbancar a Fidesz, lo cual es semejante disparate que sirve de ejemplo de lo desesperados que están algunos por expulsar a Orbán del gobierno. Ni siquiera la injerencia internacional, con fuertes tentáculos dentro de Hungría (el aparato de Bruselas, el ejército de ONG controladas, entre otros, por magnates internacionales como George Soros, y la mayor parte de la prensa extranjera, controlada por oligarcas contrarios a Orbán) o los escándalos de corrupción del gobierno húngaro, han logrado evitar la aplastante victoria de Fidesz, que repite tercer mandato consecutivo.

Por último, no puedo evitar hacer un pequeño comentario sobre el lamentable análisis de la mayor parte de la prensa española de las elecciones húngaras. En realidad no me ha sorprendido en absoluto. La única duda que tengo es si los que firman esos artículos son unos ignorantes de campeonato o solo dicen esa sarta de sandeces porque se lo ordena quien les paga. Me inclino por una peligrosa mezcla de las dos cosas.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Sobre las elecciones generales del próximo 8 de Abril

El próximo 8 de Abril se celebrarán en Hungría elecciones generales. Salvo que ocurra una catástrofe, el vencedor será el actual partido que gobierna (Fidesz) y Viktor Orbán se proclamará, por cuarta vez (tercera consecutiva), primer ministro del estado húngaro. Esto es algo que nadie duda, lo que no está tan claro, y es lo más relevante de estos comicios, es si Fidesz conseguirá los dos tercios del parlamento que le otorgarían poderes casi plenos, como el de cambiar la constitución si lo desea.

El 17 de Febrero comenzará de forma oficial la campana electoral, esto es, 50 días antes de las elecciones, tal y como la legislación húngara establece. Alrededor de 8 millones de ciudadanos están llamados a las urnas. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, la campaña ya empezó de forma oficiosa desde hace tiempo. Para tratar de comprender la situación política actual, me gustaría realizar un repaso resumido a los últimos años en Hungría.

Recordemos que Fidesz se hizo con el poder tras arrasar en las elecciones de 2010, cuando el anterior gobierno del MSZP (Partido Socialista Húngaro) se desplomó tras haber reconocido a puerta cerrada que habían falseado las cuentas y el país se encontraba al borde la bancarrota. Posteriormente, salió a la luz una grabación de dicho discurso, desencadenando un escándalo nacional y casi una revuelta popular. Además, la crisis mundial que azotaba duramente a la Unión Europea fue la puntilla para Hungría, que tuvo que solicitar un préstamo al FMI para evitar la quiebra.

En todo este contexto llega Fidesz al gobierno, con el 53% de los votos (68% de los escaños del parlamento), que le otorgó poder casi absoluto. Modificó la constitución húngara y una gran cantidad de leyes, creando un Estado a su imagen y semejanza (basado en la familia, la nación y las raíces cristianas,  contrarios a la globalización económica y la inmigración, que suponen una amenaza para sus valores tradicionales mencionados). Impuso una serie de recortes sociales y subidas de impuestos que supo contrarrestar con decretos que obligaron a bajar las tarifas de gastos domésticos como gas o electricidad. Creó un programa de empleo social para disminuir la tasa de paro (en 2010 estaba en torno al 12% y a día de hoy se sitúa en el 3.8 %). En años posteriores, una vez se logró un crecimiento económico estable (en torno al 3-4 %), Fidesz ha incrementado de forma notable los salarios de muchos empleados públicos (como en educación o sanidad, aunque siguen siendo muy bajos), ha subido el salario mínimo, y ha apoyado públicamente a los trabajadores de muchas multinacionales que reivindicaban mejoras laborales (como Mercedes, Audi o Tesco, entre otras). La inflación, que estaba por las nubes, se ha logrado controlar. Además se han realizado importantes operaciones comerciales con países como Rusia o China, en un intento de diversificar la economía y que esta no dependa exclusivamente del eje UE-USA. Es un hecho innegable, que dentro de las dificultades de un país como Hungría, la situación económica de la mayoría de la población ha mejorado en los últimos años. Probablemente mucho tenga que ver la coyuntura internacional, máxime en un mundo globalizado y regido por un supuesto libre mercado, pero Fidesz ha tenido que ver en muchas de estas cifras, nos guste o no nos guste.


Tasa de desempleo (en %) de los últimos años en Hungría.

Variación del PIB húngaro en los últimos años.


En el 2014 se celebraron nuevas elecciones (aquí una entrada de este blog en su momento). Fidesz repitió victoria con el 44% de los votos, que le permitieron retener los 2/3 del parlamento por solo un diputado, y sufriendo una disminución de votos considerable, aunque dado el apoyo masivo de 2010, no tuvo grandes consecuencias. Los principales culpables fueron algunos escándalos de corrupción (de los que en su día escribí en este blog) y el supuesto abuso de poder denunciado por la oposición y por los medios internacionales (así como la propia Unión Europea) que desgastaron a Fidesz considerablemente. Aunque el grueso de los cambios ya estaban hechos, Fidesz continuó cambiando todo. Se renovaron hasta los canales de TV o los billetes de Forint. La oposición apenas ha sido un mero espectador de todo: con el partido socialista hundido, la segunda fuerza se convirtió en la extrema derecha (Jobbik), aunque muy lejos de Fidesz, sin ser una amenaza real para desbancarlo del poder. Tampoco lo fue una alianza de "izquierdas" que trató sin éxito de evitar la mayoría absoluta de Fidesz en 2014.

Explicar todo esto creo que es necesario para comprender porqué Fidesz va a ganar sus terceros comicios consecutivos. Sobre todo porque de ello apenas se habla en los medios de comunicación extranjeros, que presentan al gobierno húngaro prácticamente como una dictadura populista. Fidesz es un gobierno populista, de eso no cabe duda, pero tiene una base de políticas reales que pesan mucho en sus resultados electorales. Planteó un impuesto especial a la banca, acusó a las grandes multinacionales de ser responsables de la crisis financiera global y denunció el empleo precario que promueven. Apoyó a los pequeños comerciantes. Se negó a entrar a la eurozona argumentando la pérdida de soberanía económica que supone. Acusó a la UE de inmiscuirse en muchos problemas internos del país. Todo esto en su discurso doméstico, porque luego en Bruselas, cuando se le tira de las orejas, muestra una cara mucho más amable, y acata los dictados de la UE, argumentando, de vuelta a Budapest, que no le queda más remedio. En ese sentido es evidente la estrategia populista que sigue, pero tampoco se puede negar que dentro de su escasa libertad de giro, hayan realizado numerosos cambios en la política y economía húngara.

En este contexto de desgaste del poder, suave pero continuo, Fidesz se encontró de bruces con la crisis migratoria que vivió la UE en 2015. Recordemos que cientos de miles de inmigrantes cruzaron el pequeño estado húngaro en cuestión de meses, rumbo a Alemania y Suecia (en su momento escribí sobre este asunto en la entrada que enlazo). Hungría se vio desbordaba al intentar aplicar las leyes europeas que le obligaron a firmar cuando ingresó, y en lugar de encontrar el respaldo de la UE, esta le dio la espalda (Alemania y Austria cerraron sus fronteras y amenazaron a Hungría con enviarle todos los inmigrantes que llegasen a su territorio de forma irregular). Es entonces cuando el gobierno húngaro decide construir la famosa valla fronteriza con Serbia y Croacia para desviar la ruta migratoria por otros países. Pero no quedó ahí la cosa. Viktor Orbán se sintió traicionado y aprovechó la crisis migratoria para reforzar su cruzada contra la UE, la globalización, las cuotas obligatorias de refugiados, y una supuesta conspiración de los oligarcas mundiales (como George Soros) contra los países que se muestran reacios a acatar sus dictados. Un victimismo que tiene una base real y una importante dosis de populismo.

Todo ello es la base con la que Orbán justifica su deseo de ampliar el control que ejerce el estado sobre las principales instituciones del país. Argumenta que de no ser así, organizaciones financiadas por oligarcas extranjeros y terceros países serían los que controlarían las riendas de Hungría: bajo una falsa imagen de "democracia"o "derechos humanos", se escondería una injerencia extranjera para perpetuar el control económico y social de los estados cuyos gobiernos se niegan a aceptar el liberalismo y la globalización (véase esta entrada anterior sobre el escándalo de la CEU). Para Viktor Orbán, la oleada migratoria masiva actual de la UE no es espontánea, sino que está orquestada por una serie de influencers mundiales que buscan destruir la identidad europea como último paso para lograr una sociedad heterogénea y totalmente globalizada que puedan manejar a su antojo.

Esta cruzada de "Fidesz contra el mundo" no ha llegado a calar del todo entre los húngaros. El referéndum sobre la las cuotas de la UE en la ubicación de refugiados solo logró atraer a un 40% de los húngaros (véase esta entrada sobre el mismo). Hace poco se realizó otro referéndum contra el "Plan Soros" (que sería básicamente lo que he resumido en el párrafo anterior) que apenas movilizó a un tercio del electorado. Eso sí, entre la gente que votó en ambos referéndums, el resultado fue de apoyo masivo a Fidesz. La explicación seguramente esté en que para la mayoría de los húngaros, las conspiraciones globales contra Hungría y su gobierno son un tema secundario, y que realmente lo que les interesa son los problemas cotidianos: los bajos sueldos, el trabajo precario o los deteriorados servicios públicos.

También me gustaría mencionar las multas que ha impuesto recientemente la hacienda húngara a varios de los partidos opositores por supuesta financiación ilegal, en el caso de Jobbik, o a el LMP o DK por haber alquilado supuestamente oficinas o espacios publicitarios por debajo del precio de mercado. La oposición ha argumentado que es una nueva cacería de Fidesz para tratar de eliminarles y así perpetuarse en el poder. Sin duda será uno de los argumentos que saldrá en la campana electoral.

Para finalizar, dejo un par de imágenes de algunos de los carteles que pueden verse estos días en Hungría, desde donde escribo esta entrada. Cada vez que vengo, y recién llegado, recorro los escasos kilómetros que separan el aeropuerto de Budapest, observo en clave de humor la guerra de carteles que tienen montada gobierno y oposición desde hace años. Algunos más lamentables, otros más divertidos, pienso que gracias a Dios la mayoría de turistas que llegan a Hungría no entienden ni papa de húngaro, si no, esta sería la imagen que tendrían del país nada más pisarlo:


Cartel que anuncia: "Juntos desmantelarían la valla fronteriza". En la foto aparece un montaje con Soros feliz en el centro, rodeado de los principales políticos opositores, que sujetan sus respectivas cizallas, con las que se supone que han cortado la famosa valla.


Cartel que anuncia: Soros traería millones de inmigrantes de África y Oriente próximo.

martes, 30 de enero de 2018

Viaje por Hungría: Bodegas y Balnearios (VI) : suroeste de Hungría

En la siguiente etapa del viaje, y última del mismo, nos tocó despedirnos del maravilloso lago Balaton y dirigirnos hacia el sur, concretamente al condado de Baranya, para disfrutar de las bodegas y los balnearios de esta región del país, junto a la frontera con Croacia. Dejamos atrás las extensas llanuras centrales para sumergirnos en un paisaje de suaves colinas onduladas, extensos bosques y pueblos en pendiente: nos encontrábamos a las puertas de los Balcanes.


Condado de Baranya, en rojo, al sur de Hungría.


Como decía, tras un par de horas conduciendo por carreteras secundarias, llegamos a la ciudad de Pécs, que con sus 145.000 habitantes es la capital del condado de Baranya. Apenas estuvimos unas horas en esta ciudad, en la que ya  me había dejado caer en varias ocasiones. Pero siempre es un placer caminar por las cuestas y calles de la parte vieja, situada en la ladera de una montaña, entre majestuosos edificios, la gran plaza central con su hermosa mezquita (hoy en día convertida en catedral), y la mezcla de estudiantes (Pécs atesora una importante universidad), lugareños y turistas (especialmente croatas y serbios) que conforman una peculiar atmósfera. En la zona baja de la ciudad, un tejido de grandes y ruidosas avenidas y decenas de bloques de hormigón de viviendas parecen un mundo aparte que no tiene ningún atractivo para el visitante foráneo.



Plaza central de Pécs (Széchenyi tér) en la fotografía superior. Interior de la mezquita situada en dicha plaza, en la imagen inferior.


Tras una visita a la mezquita, la cerveza de rigor y recorrer la parte vieja, nos alcanzó una gran  y repentina tormenta, tan típicas del verano húngaro, justo al visitar la catedral. Apenas tuvimos tiempo de refugiarnos en un café, hasta que cesó la lluvia, momento perfecto para comer en uno de los restaurantes de la calle Király. Tras esto, cogimos el coche que habíamos dejado en el aparcamiento de una gran superficie comercial (el cercano Árkád) y recorrimos los escasos kilómetros que separan Pécs del pueblo bodeguero de Villány, donde estaba nuestro alojamiento. Para leer una entrada más extensa de la ciudad de Pécs os dejo un link a una entrada antigua haciendo click aquí.

Villány fue una de mis primeras excursiones en Hungría, al poco de llegar a este país a finales de la pasada década. Poco o nada cambió en este tiempo: su calle principal, llena de bodegas a ambos lados, todas seguidas unas de otras, con su animado ambiente desde la tarde. En una de esas bodegas de la calle principal estaba nuestro alojamiento, situado en la parte trasera del edificio, a resguardo del bullicio.



Bodegas en la calle principal de Villány.


Antes del anochecer salimos a disfrutar de los vinos de esta región. Degustamos varias tablas de embutido y quesos, bien regados de caldos elaborados por los propios dueños que nos atendieron amablemente. Un gran grupo celebrando una cena, y varios grupitos llenábamos el pequeño local. Por la calle del pueblo, algunos húngaros cantaban canciones típicas regionales, de camino a sus alojamientos, tras haber probado más caldos de la cuenta. Volvimos a nuestro alojamiento bien entrada la noche, donde nos tomamos tranquilamente la última copa de vino antes de ir a la cama. Cualquier bodega de esta calle merece la pena, no recuerdo bien en cuáles estuve en mi primera visita (pues pasaron ya unos cuantos años), en esta ocasión visitamos las bodegas Szende y Kécskes, entre otras, pero como ya digo son todas parecidas y familiares, más allá de alguna un poco más lujosa que el resto.

Viñas y pueblo de Villány, en un agradable paseo por las afueras.


El último día del viaje lo disfrutamos en el balneario de Harkány. Del cual ya he escrito en varias entradas de este blog. Fue uno de los primeros balnearios que visité en Hungría y me sorprendió su enorme tamaño, teniendo en cuenta que estaba en provincias, alejado de la majestuosa e imperial Budapest. Harkány es una pequeña villa termal de unos 4.000 habitantes, que centra su economía en el turismo que genera su gran balneario, muy popular entre la gente de edad avanzada. Y es que, aunque la seguridad social húngara no se puede permitir los viajes del Imserso, el Estado húngaro ofrece importantes descuentos en balnearios para la 3º edad, así como tratamientos de salud gratuitos en los mismos. Y aunque no haya tantas parejas jóvenes como en las termas aquincenses, la gente más sabia es la que mejor elige. Y si viene aquí, por algo será. En la web del balneario podéis encontrar horarios, localización y tarifas, en inglés. En su interior hay dos enormes piscinas termales exteriores, una más templada y otra más caliente, conectadas al interior del edificio. A determinadas horas se realizan ejercicios con música tipo aquaerobic, la gente ya se lo sabe, así que no os asustéis cuando veáis que todo el mundo se coloca en formación en la parte delantera de la piscina, antes incluso de que salga el monitor.



Balneario de Harkány.


Por último, antes de subirnos al coche y viajar de vuelta a Budapest, recorrimos el mercado y la feria que se celebraba estos días en el pueblo, coincidiendo con nuestra visita, y poniendo con él punto y final a unos inolvidables días de vacaciones en Hungría. Un viaje más que recomendable para todos los lectores de este blog.

lunes, 22 de enero de 2018

Viaje por Hungría: Bodegas y Balnearios (V) : Lago Balaton

Tras los días en la fenética Budapest, la visita a las viñas y el castillo de Eger, y el balneario de Miskolctapolca, nos dirigimos desde el este de Hungría al oeste del país, a la región del lago Balaton, que es, sin duda, una de las más bellas. En concreto, su costa norte siempre me ha fascinado.

El lago Balaton es el más grande de Europa central, y de hecho se le apoda cariñosamente el "mar húngaro". Es el principal destino vacacional de los húngaros y de buena parte de austríacos y alemanes. Tiene 79 kilómetros de largo, 14 de ancho en su punto máximo, 12 metros de profundidad máxima y se extiende a lo largo de 594 kilómetros cuadrados. Debido a su forma alargada, se divide fundamentalmente en la costa norte y la costa sur. La septentrional se caracteriza por sus suaves montañas, zonas vinícolas, abadías y un turismo discreto y de descanso. La costa sur, totalmente llana, concentra la mayor oferta hotelera, discotecas, festivales y turismo de masas que buscan sol, playa y fiesta. La ciudad más poblada es Siófok, que suma unos 25.000 habitantes y es conocida de facto como la "capital" del Balaton.


Lago Balaton desde Balatonfüred.

Antes de llegar a Balatonfüred puede verse este curioso cementerio cuyas lápidas tienen forma de corazón. Se encuentra en el pueblo de Balatonudvari.


Nuestro destino era Balatonfüred, la principal población de la costa norte. Coincidió nuestra visita con el Festival del vino que se celebra todos los veranos en el paseo Tagore, junto al lago. Un lugar perfecto en el que degustar los caldos húngaros en las mesas de madera y bancos corridos, junto con la típica gastronomía magiar como embutidos, carnes, langós o el popular hekk, a la sombra de los enormes árboles que cubren este paseo y con las hermosas vistas del lago, los cisnes y la abadía de Tihany de fondo. Nuestro alojamiento era el típico de este lugar: una gran casa de un matrimonio húngaro que ha convertido parte del edificio en habitaciones para huéspedes, situada cerca del centro.


Paseo Tagore, en pleno festival del vino.


No faltó, por supuesto, el chapuzón de rigor en una de las "playas" acondicionadas del lago, donde es un placer sumergirse en estas cálidas aguas que superan los 25 ºC en Agosto, y en las que se puede caminar durante un buen rato hasta que comienza a cubrir (la profundidad media del lago es de tan solo 3,2 metros). Además de tomar el abrasador sol del verano húngaro en el césped degustando un helado o una limonada de bozda.


Playa de Balatonfüred, área acondicionada para bañarse en el lago.


También visitamos la cercana península de Tihany (en mi opinión el lugar más bello de todo el lago), situada a escasos kilómetros de Balatonfüred, y donde se puede recorrer un paseo a lo largo de la loma del monte donde se asienta su famosa abadía, contemplando desde las alturas el lago y las embarcaciones a vela que salpican sus tranquilas aguas turquesas. En este mismo lugar se pueden visitar multitud de puestos de artesanía, la espectacular tienda de lavanda o el tren turístico que asciende al pueblo de Tihany desde el puerto y que nos ahorra la subida a pie a la abadía. Nosotros elegimos el barco para ir a Tihany, que parte desde Balatonfüred.

En la segunda parte de nuestra estancia en la costa norte del Balaton, visitamos el pueblo de Badacsony, famoso por sus bodegas y restaurantes. Dejamos el coche en el aparcamiento junto a la carretera general para dar una vuelta por el pequeño puerto. Después subimos carretera arriba para degustar unos vinos en la bodega Laposa, que ofrece unas vistas espectaculares del Balaton y alrededores gracias a la altura a la que se encuentra, además de buen vino y unas tablas de queso y embutidos más que recomendables.


Puerto de Badacsony.

Degustando un vino en la terraza de la bodega Laposa y disfrutando de unas vistas privilegiadas.



Tras esto, volvimos al coche para seguir subiendo la carretera hasta el final, donde está el restaurante Kisfaludy, del cual ya he hablado en varias ocasiones en este blog, y que bien merece la pena visitar. Reservando previamente, o evitando la hora punta (que en Hungría es desde las 12 hasta las 2 de la tarde, más o menos) se puede comer en una mesa junto a la enorme balconada que probablemente ofrezca las mejores vistas del lago.


Restaurantes en la subida al monte de Badacsony.

Viñas en la loma del monte de Badacsony.

Típica sopa de pescado en Kisfaludy, con el lago Balaton de fondo.

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