miércoles, 30 de abril de 2014

Székesfehérvár

Pocas ciudades húngaras pueden presumir de tener un peso histórico tan importante en el país como Székesfehérvár. Su nombre ya lo dice todo: la traducción al castellano es "Castillo blanco del trono". En latín se le conoce como Alba Regia: castillo blanco, el blanco que reina. Y es que en la basílica de Fehervár (como abrevian los húngaros su nombre), se coronaron y enterraron a muchos reyes y reinas húngaros, y era la sede de la Dieta o Asamblea húngara que gobernaba el país. Pese a que la capital estaba en Esztergom o Buda, Szekésfehérvár tenía máxima importancia en el país.

La basílica se construyó durante las primeras décadas del 1000, por orden del rey San Esteban, el primero de la historia del reino de Hungría, y en su momento era uno de los mayores y más impresionantes edificios de Europa. El el año 1543 la ciudad fue conquistada y ocupada por los turcos durante invasión otomana de Hungría, y la basílica fue saqueada y utilizada como polvorín, hasta que una explosión y un incendio la destruyeron en 1601. Hoy en día tan solo pueden contemplarse las ruinas, pero al observar este lugar uno puede imaginarse el peso tan grande que tuvo en la historia de este país.


Ruinas de la antigua basílica donde se coronaban los reyes húngaros.


La ciudad, como trono de la corona, prosperó en los siglos posteriores, y se construyeron grandes murallas, iglesias, monasterios y palacios. Cuando los turcos ocuparon la ciudad, destruyeron su castillo y su catedral, saquearon tumbas y palacios, y construyeron mezquitas y la llamaron "Belgrade", (ciudad blanca).

Debido a su destrucción y ocupación, las coronaciones reales húngaras tuvieron que realizarse en la nueva capital Pozsony (actual Bratislava). Tras la reconquista de las tierras a cargo de los Habsburgo, la ciudad reinició la construcción de iglesias, monasterios y palacios, y se asentó una importante cantidad de población germana.


Catedral de San Esteban.


Tras la segunda guerra mundial, se elaboró un importante tejido industrial en la ciudad: la fábrica de autobuses Ikarus, Videoton (de radios y televisores), y elaboración de aluminio. Alcanzó más de 100.000 habitantes. Con la caída del socialismo, una gran crisis sacudió su obsoleta industria, aunque debido a esta tradición industrial y a una población experimentada en este campo, muchas nuevas industrias occidentales se asentaron en la ciudad, cercana a Budapest y a Viena. Sin embargo, ha perdido casi un 10% de su población en las últimas dos décadas, en gran parte por la migración a Budapest y al extranjero.

La ciudad está excelentemente conectada a Budapest por la autopista M7 (autopista del Balaton), y mediante carretera convencional con Győr y Austria. También una línea de modernos trenes la conectan con la capital en apenas 50 minutos, lo que la hace perfecta para una pequeña excursión desde Budapest, como fue mi caso. Desde la estación de tren hay que caminar un poco hasta el centro, ya que está algo alejada.


Székesfehérvár es una de las pocas ciudades húngaras conectadas mediante trenes modernos a Budapest.


Casi todas sus principales atracciones se encuentran en el centro de la ciudad, donde un agradable paseo por la calle principal (Fő utca) nos muestra la plaza de la coronación con las ruinas de la antigua basílica, la catedral, el palacio episcopal o el ayuntamiento.


Palacio episcopal. Delante de él puede observarse el monumento a la "Országalma", el orbe utilizado en las ceremonias de coronación, representa el poder de cristo (cruz), sobre el mundo (la bola).


Palacio de Justicia.

Un curioso reloj en un peculiar edificio, no sé muy bien qué es, pero sin duda le da un toque exótico.


Balneario de la ciudad. No lo he probado aún, pero seguro que quien entre no se va a arrepentir. Se llama Árpád Fürdő. Aquí la web del Spa en inglés.

Fő utca, la calle principal de la ciudad, que concentra sus atractivos turísticos.


A las afueras de la ciudad, tomando el autobús desde el centro o la estación de tren, se encuentra Bory Vár, un precioso castillo construido entre 1923 y 1964 por Bory Jenő, una obra que construyó el mismo, durante casi toda su vida, y muestra todas sus esculturas y decoraciones hechas por él mismo. Puede subirse hasta los torreones, desde donde hay maravillosas vistas del propio castillo y sus jardines y alrededores. La entrada es simbólica, 800 forint para adulto (menos de 3 €) y 400 para estudiantes o jubilados. En la web del castillo (en húngaro) está el horario, que puede variar en verano o invierno. Conviene consultarla para evitar sorpresas desagradables, pues el viaje es de unos 25 minutos por trayecto desde la estación de tren. Desde comienzos de primavera hasta finales de otoño está abierto de 9 a 17 horas, todos los días de la semana.

Para llegar allí hay que tomar el autobús 31 ó 32, y se puede hacer desde la propia estación de tren. Hay que bajarse en Kassai utca, es la última parada. Desde la estación de autobús es el 26A. El viaje dura unos 20-25 minutos aproximadamente, pero merece la pena. Los autobuses se pueden identificar fácilmente, la compañía se llama Alba Volán. En mi opinión, lo mejor es nada más llegar en tren tomar el bus directamente desde la estación, ver el castillo y bajarse a la vuelta cerca del centro, para ver la ciudad ya tranquilamente. No está de más anotar las frecuencias, ya que no es un autobús que pase muy a menudo, y mejor aprovechar el tiempo en el castillo que en la parada.


Bory Vár.


Famosa escalera en uno de sus torreones.

Vistas desde los torreones del castillo.

Para comer, el centro es una buena opción, pues los precios no son caros. En mi caso me decanté por Menta, una cafetería restaurante con buenas pizzas y pasta, al lado de las ruinas de la antigua basílica. Es muy recomendable, aunque hay más opciones depende de qué se quiera.

Al final de la calle principal hay un pequeño parque en el que descansar, llamado Zichy liget, aunque más bonito es, en mi opinión, otro parque cercano. Hay que desviarse a la izquierda por una calle llamada Mészöly Géza y llegaremos en pocos minutos al parque llamado Rózsaliget, que ofrece un agradable paseo por la orilla de su pequeño lago. En este parque hay (o al menos había) un restaurante que tenía buena pinta, solo que nos entró el hambre antes de llegar aquí y por eso acabamos en Menta. El restaurante de Rózsaliget se llama PLACC Pub & Restaurant, está en la orilla del lago y puede ser una buena opción.

martes, 29 de abril de 2014

Los impuestos en Hungría

Generalmente, cuando hablamos de los altos impuestos, tenemos en la cabeza la idea asociada de Escandinavia y otros países con un alto nivel de vida y servicios públicos. Parece lógico, a mayor recaudación, mejores servicios públicos pueden ofrecerse.

Sin embargo, junto con Escandinavia, los países de Europa del este están entre los que mayores impuestos tienen de toda Europa. Y, sin embargo, paradójicamente, sus servicios públicos están a años luz de los de los vecinos nórdicos.

Hoy hablaré de los impuestos en Hungría. Abróchense los cinturones.

Recientemente se publicó un artículo en un portal web húngaro, que describe perfectamente cómo los impuestos en Hungría hacen casi evaporarse por arte de magia el sueldo bruto medio del país: 150.000 forintos, aproximadamente unos 480 €.

Pongamos el caso pues, del trabajador medio húngaro que recibe dicho salario (que muchos ya quisieran, como hemos dicho es la media, hay mucha gente que gana aún menos que eso). En su nómina verá como las cotizaciones ya le dan un bocado considerable, a razón de:

Dinero destinado a pensiones: 10% ---> 15.000 ft

IRPF: 16% para todas las cantidades ---> 24.000 ft

Sanidad, paro y demás: 8,5% ---> 12.750 ft

Tras este 34,5 % de cotizaciones, al trabajador le quedan netos 98.250 (unos 320 €), es decir, que 51.750 forint han volado.

Sin embargo, esto no es toda la historia. En realidad, el empresario no ha pagado 150.000 forintos, sino mucho más. A estos 150.000 se le añaden otros impuestos:

Contribución social: 27% ---> 40.500 ft


Gastos de formación: 1,5 % ---> 2.250 ft


Haciendo cuentas. Para que el asalariado reciba los mencionados 98.250 forintos, el empresario ha tenido que pagar de su bolsillo 192.750. O lo que es lo mismo: los impuestos que el gobierno húngaro cobra por tener un trabajo remunerado son prácticamente del 100%.

Hasta aquí, la parte de los impuestos directos. Ahora hablemos de los indirectos. Hungría tiene el IVA (ÁFA en húngaro o VAT en inglés) más alto de la UE. Hasta hace poco, compartía con Suecia y Dinamarca el liderato con el 25%, pero recientemente esta cifra se subió al 27% para marcharse en solitario en la clasificación.




Este mapa ilustra muy bien lo que dije al principio de la entrada. Los IVA más altos de la UE están en Escandinavia y en los países del este: Hungría 27%, Croacia 25%, Rumanía 24%, Polonia 23%, Eslovenia 23%. Y, sin embargo, sus servicios sociales son mucho más deficientes que los escandinavos.

El IVA de Hungría en los alimentos está entre los mayores de Europa. Salvo unos pocos alimentos básicos que tienen el 18%, el resto son el 27%.


Gráfico que ilustra los impuestos que se añaden a los alimentos en los paises de la UE. En orden decreciente: Dinamarca, Rumanía, Hungría, Letonia, Lituania, Bulgaria, Estonia, Eslovaquia, República Checa, Grecia, Finlandia, Suecia, Austria, Eslovenia, Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Fracia, Chipre, Polonia, España, Italia, Luxemburgo, Irlanda, Malta y Gran Bretaña.


La subida de los impuestos en los alimentos, se ha traducido en una de la mayores subidas en los precios de los mismos de toda Europa (no solo la UE):


Subida de precio en alimentos y bebidas en los países de la UE más Turquía, Islandia y Noruega, con respecto su precio en 2005. El primer país de la UE es Hungría, donde el precio medio de dichos productos es el 170% del que era hace 8 años. Pero además podemos ver que donde más se han encarecido los productos básicos ha sido en toda Europa del este en general.


Así pues si quitamos más o menos un 25 % de los impuestos indirectos, al trabajador le quedan unos 75.000 forint (230 €) limpios, que no se lleva el Estado. Si tiene coche, añadir los impuestos especiales de la gasolina, de circulación etcétera, que son parecidos a los de España.

Resumiendo, ¿os acordais de los 192.750 forint que el patrón había pagado inicialmente? Pues unos 75.000 consiguen llegar al mercado directamente, mientras que los otros casi 120.000 van al Estado.

El gobierno también ha aprobado una serie de impuestos especiales para la banca, argumentando que fue la principal causante de la crisis actual. Y razón no le falta, y desde luego, a priori, la medida parece razonable. Sin embargo, los bancos comenzaron a cobrar comisiones prácticamente por todo (esto sí que se les permitió), y hace poco se tuvo que aprobar por ley que los ciudadanos húngaros con cuentas corrientes pudieses sacar dos veces al mes dinero del cajero sin pagar comisión. Se pagan comisiones por todo, por retirar efectivo, por domiciliar recibos, por hacer transferencias, por pagar con tarjeta... Como consecuencia, pocos húngaros tienen cuentas bancarias (casi ningún jubilado las tiene), y el dinero en efectivo (y en negro) reina en todo el país. ¿Realmente fue beneficiosa esta medida? ¿No perdieron, en este tira y afloja entre banco y gobierno, los ciudadanos como siempre?

Hace ya algo más de dos años se aprobó un impuesto especial para las bebidas con alto contenido en azúcar y los snacks envasados con altos niveles de sal. El objetivo era luchar contra la gran obesidad que afecta al país, lo cual es algo sin duda positivo. Sin embargo optaron por la vía fácil. No hicieron ningún programa masivo de concienciación alimentaria ni nada por el estilo. De hecho en las facultades de las ciencias de la salud, en estudios como medicina o enfermería, ni siquiera hay una asignatura de nutrición.

No hace mucho se aprobó un impuesto especial que grava los SMS y las llamadas telefónicas con 1 forint por cada minuto y mensaje. También se aplicaron impuestos especiales en las conexiones a Internet y banda ancha.

El año pasado se inauguró el nuevo sistema de peajes por euroviñeta para vehículos de más de 3.500 kg. de carga máxima que circulen por las carreteras húngaras (incluyendo carreteras convencionales, no solo autopistas), que deben registrarse y pagar entre 15 y 45 céntimos de euro por kilómetro de autopista y entre 6 y 25 por carretera convencional (de 42 a 130 forint), dependiendo de la categoría del vehículo. Esto ha encarecido en gran medida el transporte, lo que se ha trasladado en un alza de precios como madera, materiales de construcción o alimentos (algunos como el grano no pagan, pero sí la carne o el agua embotellada). Este sistema de euroviñeta está implementado en gran parte de Europa central, y grava los vehículos teniendo en cuenta la contaminación que producen.

Los turismos (<3500 kg) pagan mediante el sistema de viñeta tradicional, que obliga a comprar al menos una semana de uso de autopistas (aunque se quiera utilizar solo un día, por ejemplo), y ronda los 10 €. Al menos los turismos no deben pagar si circulan por la deficiente red de carreteras de doble sentido. La red de autopistas de Hungría, aunque es pública, es de peaje.

El paro ronda el 10%, aunque hay grandes diferencias: del casi inexistente desempleo de Budapest al más de 20% de paro en el noreste del país, antiguas zonas industriales de la época soviética que no han conseguido reconvertirse (zonas de Miskolc, Nógrad o Nyíregyháza). Y si el paro no es más alto, no es porque haya empleo para todos, sino porque gran parte de la fuerza de trabajo emigra a otros países.

Al menos hay un dato positivo en todo esto: el déficit público de Hungría no supera el 3 % y la deuda pública se ha conseguido controlar (aunque ronda el 80 % del PIB), aunque varía mucho ya que gran parte de ella es en divisa extranjera, y el forint oscila enormemente.

Sin embargo, los servicios sociales no mejoran y tampoco lo hace el bolsillo del húngaro medio. Los elevados impuestos han provocado que los sueldos en Hungría casi no crezcan, o lo hagan lentamente, durante los últimos años, ya que hacerlo significaría tener que pagar más, sin que ello repercutiera en gran medida al bolsillo del trabajador. De la misma forma, el consumo no levanta cabeza, ya que los nuevos impuestos han encarecido aún más todos los productos, especialmente la alimentación, el único sector no evitable por los consumidores.

domingo, 27 de abril de 2014

Las otras capitales de Hungría

Hungría... capital Budapest. Esto es cierto hoy en día, sin embargo, no siempre ha sido así. A lo largo de sus más de 10 siglos de historia, la capital de la tierra de los magiares se ha movido varias veces de sitio por diversas razones históricas.

Esztergom (1000-1256)

Fue la primera capital de Hungría. Habitada desde siglos antes de la llegada de los húngaros, fue conquistada por los magiares en el siglo X. En el año 960 el príncipe Géza escogió la ciudad como residencia, y allí nació su hijo, el futuro rey San Esteban. También se estableció como la sede de la iglesia católica en Hungría. Finalmente, en 1256 el rey Béla IV movió su residencia a Buda, entregando el palacio y el castillo de Esztergom al arzobispado.




Buda (1256-1316 ; 1325-1536 ; 1784-1873)

En 1256 la capital húngara se trasladó de Esztergom a Buda, en la orilla occidental del Danubio. Casi tres siglos después cayó en manos del imperio otomano, y la capital fue trasladada a la ciudad de Pozsony (actualmente Bratislava). Cuando los turcos fueron expulsados por Austria (bajo un enorme ejército cristiano de 74.000 hombres) en 1686 fue reconstruida y la capital volvió a Buda en 1784. Casi un siglo más tarde, en 1873, Buda se unió con Pest y Óbuda para formar la actual Budapest.

Hoy en día, Buda ocupa un tercio de la actual Budapest y al contrario de su hermana oriental, es montañosa y boscosa. Allí se asientan las zonas residenciales más acomodadas de la capital húngara.




Temesvár / Timisoara (1316-1325)

El rey Carlos I  (I. Károly) estableció Temesvár (actualmente llamada Timisoara y tercera mayor ciudad de Rumanía), como capital provisional en 1316 por razones estratégicas, para luchar contra los altos nobles sublevados, lo que duró 8 años. Tras su victoria, la capitalidad retornó a Buda.




Buda (1325-1536)

Pozsony / Bratislava (1536-1784)

Tras la conquista de Buda y de gran parte del territorio húngaro por el imperio otomano, la capital del reino tuvo que ser forzosamente trasladada a Pozsony (nombre húngaro) o Pressburg (nombre alemán), ciudad actualmente llamada Bratislava y capital de Eslovaquia, que si bien fue dañada por los turcos, no fue destruida como Buda. Durante dos siglos y medio fue la sede real, y 11 reyes y reinas húngaros fueron coronados en la catedral de San Martín. Tuvo una época muy floreciente, convirtiéndose en la mayor ciudad de Hungría. En 1783 la sagrada corona húngara fue trasladada a Viena por el rey II. József de Habsburgo y la ciudad comenzó a perder importancia.




Buda (1784-1873)

Budapest (1873-presente)

En 1873, Buda, Pest y Óbuda se unieron para formar la actual Budapest tal y como la conocemos. Previamente, en 1849 se había construido el puente de las cadenas (Lánchíd) que unió por primera vez Buda y Pest. Fue junto a Viena la capital durante la monarquía dual de Austria-Hungría y tras su disolución, capital de Hungría hasta el presente.




Debrecen (1849 y 1944)

Durante dos breves periodos de tiempo, la capital de Hungría se movió a Debrecen: durante la guerra contra Austria, de Enero a Mayo de 1849, y a finales de la segunda guerra mundial, en 1944.


sábado, 26 de abril de 2014

El parlamento de Budapest

Sin ninguna duda es el edificio más famoso de Hungría, y la foto más típica de su capital. Decir Budapest es decir parlamento. Este enorme edificio, en pleno corazón de la ciudad, es la sede de la Asamblea Nacional de Hungría (en la antigüedad llamada Dieta), que posee el poder legislativo. En húngaro se le conoce como Országház, que significa "la casa del país".




Su construcción se prolongó durante casi 20 años, desde 1885 hasta 1904, aunque se inauguró de forma oficial en 1896, durante la celebración del milenio desde la fundación del país. Su arquitectura neogótica estuvo bajo la dirección de Imre Steindl. Unas mil personas participaron en la edificación, que emplearon 40 millones de ladrillos, medio millón de piedras preciosas y 40 kilos de oro. Sus medidas tampoco se quedan atrás: 268 metros de largo, 123 de ancho y 96 de alto. Esta altura no es casualidad: en 896 se fundó el país y en 1896 se celebró el milenio, con su inauguración. A día de hoy sigue siendo el edificio más alto de Budapest junto con la Catedral de San Esteban, que también mide 96 metros.




Las colosales medidas del edificio se hicieron basadas en una época en la cual el Reino de Hungría tenía una extensión de 325.000 kilómetros cuadrados (el mismo tamaño de la actual Alemania) y más de 20 millones de habitantes. El edificio gobernaba un país con casi una decena de etnias y media docena de lenguas, que junto con Austria formaba el Imperio Austrohúngaro, una potencia mundial.





En el interior del edificio hay 691 estancias, de ellas unas 200 son oficinas, 13 ascensores y 242 esculturas, contando también las de recinto exterior. Aunque su fachada principal da al Danubio, la entrada se encuentra en el otro lado.

Desde el año 2000 se hallan en el parlamento la Santa Corona húngara, el orbe y la espada con la que se ha coronado a casi todos los los reyes húngaros. El origen de la corona no está del todo claro, pero parece ser que la actual fue fabricada en el siglo XII a partir de una original que tuvo el primer rey húngaro San Esteban, y con ella fueron coronados casi todos los reyes húngaros desde entonces.

Hecha de oro, pesa más de 2 kg. y sus medidas son demasiado grandes para una cabeza humana estándar, con lo que los reyes debían utilizar un pequeño soporte acolchado sobre su cabeza para llevarla. Era tan sagrada que una famosa frase húngara dice "un rey para la corona, y no una corona para el rey", lo que indica que era mucho más que un mero adorno para el monarca.

Como curiosidad, la cruz de la corona antiguamente era totalmente vertical, pero se dobló accidentalmente, no se sabe si por una caída o por cerrar el cofre que la llevaba con la corona mal puesta de forma que se torció. Sea como fuere, así se quedó para la posterioridad y a partir de entonces todas las pinturas y descripciones de la corona son con la cruz doblada, tal y como luce hoy en día, lo que la ha hecho muy característica.

La corona forma parte del escudo de armas del país, a pesar de que Hungría actualmente es una república (aunque fue un reino durante casi un milenio). En el siglo XIV estuvo a punto de perderse cuando el rey, huyendo del ejército de otro pretendiente al trono de Hungría que le perseguía, la llevaba escondida en un recipiente para transportar agua que se cayó del carruaje, pero al día siguiente volvieron camino atrás y la encontraron milagrosamente. Durante su historia fue robada, enterrada, viajó a Austria cuando la invasión otomana, e incluso a América durante la época socialista para que no cayese en manos de la URSS.


La sagrada corona de San Esteban, el orbe y la espada.


La santa corona en la actualidad (izquierda) y dibujo de la misma en 1857 (derecha). Puede apreciarse que en esta última la cruz aún estaba en posición vertical, antes del accidente.


Hay visitas guiadas para quien lo desee, que son gratuitas para los ciudadanos de la Unión Europea. Su interior es tan espectacular o más que su exterior, ni que decir que nadie se puede marchar de Budapest sin haberlo visitado.


Iluminación nocturna del parlamento.

jueves, 24 de abril de 2014

Música húngara

Hoy toca hablar un poco de un tema que aún no había tocado, la música húngara. Además de los famosos y excelentes compositores Bartók Béla o Liszt Ferenc, de los cuales hoy no hablaré, existen multitud de grupos de música actual, algunos de ellos de gran fama en el país. Debido a la complejidad idiomática, es un sonido que no sale mucho de las fronteras magiares, pero ello no impide poder disfrutarlo.

Quimby es un grupo formado en 1991, originario de la localidad de Dunaújváros, de sonido rock alternativo. Es muy famoso en toda Hungría, suelen hacer giras por todo el país y han tocado con gran éxito en el festival Sziget de Budapest. Aunque comenzaron cantando en inglés, a los pocos años decidieron cambiar al húngaro. A lo largo de más de dos décadas de historia, varios de sus componentes se han ido y han llegado nuevos. En los últimos años han conseguido sus mayores éxitos.




Kispál és a Borz es otro de los grupos más populares del país, formado por András Kispál, András Lovasi, Ákos Dióssy y Ábel Mihalik. Comenzaron en la ciudad de Pécs en 1987, y se disolvieron en 2010 tras un memorable concierto en el Sziget. Sus componentes se conocieron en el instituto y todos ellos comenzaron a trabajar en la compañía de gas local. Su nombre significa Kispál y el tejón (Kispál es el apellido del líder del grupo). Varios de sus éxitos son "Ha az életben", "Húsrágo, hídverő" o "Hang és fény".




Republic nació en 1990 en Budapest, liderados por László Bodi, más conocido como "Cipő" (que significa zapato en castellano, el nombre viene de su primer grupo llamado Cipőfűző, en la foto inferior está en el centro). Son uno de los grupos más conocidos en Hungría, también son muy populares entre las minorías húngaras que viven en los países de alrededor. El propio Cipő nació en la ciudad de Uzshorod (actualmente Ucrania). Su música se mueve entre el rock y el folk húngaro, en una curiosa y agradable mezcla. Una de sus frases más emblemáticas era "Indul a mandula", el título de su primer disco. Al comienzo de sus conciertos Cipő solía decir "Indul..." y el público respondía gritando "a mandula!!". Personalmente es mi grupo húngaro favorito y tuve la suerte de verles en directo un par de veces. Por desgracia, Cipő falleció el año pasado debido a una enfermedad cardíaca que padecía, y aunque el resto de componentes siguen, nunca será lo mismo. Algunas de sus canciones más emblemáticas son "Szállj el, kismadar", "16 tonna feketeszén", "Ha mégegyszer láthatnám" o "Erdő közepén".




Magna Cum Laude se fundó en 1999 en la localidad de Gyula. Está formado por Mihály Mező, Tíbor Szabó, Mihály Kara e Imre Kilián. Uno de sus mayores éxitos es muy popular en las fiestas húngaras, titulado "Pálinka dal" (canción del pálinka). En 2009 lograron el disco de platino con su álbum 999. Su cantante, Mihály, el segundo comenzando por la izquierda en la imagen, suele acostumbrar en los conciertos a bajar del escenario y estar un buen rato cantando perdido entre el público, a decenas de metros del escenario y sus compañeros.




Edda Művek (o simplemente Edda), se originó en 1973 (hace más de 40 años) en la ciudad industrial de Miskolc (de ahí su nombre, que significa "Obras Edda", en el sentido de manufacturas). Su estilo es el Rock clásico, y son conocidos por sus espectaculares y elaborados conciertos a lo largo de toda la cuenca de los Cárpatos. Attila Pataky lidera el grupo desde 1973. El grupo acumula dos discos de diamante, cuatro de platino y 25 de oro.




Tankcsapda es otro de los clásicos de la música húngara, continúan en activo hoy en día, desde que se fundara el grupo en 1989 en Debrecen. Sus tres componentes son László Lukács, Tamás Fejes y Gábor Sidlovics.




Cozombolis (de nombre completo Cozombolis Leónidasz Péter) es un músico húngaro-griego con un peculiar estilo fusión de ska y reggae, con pop-rock y un estilo muy desenfadado y alegre resultado de sus raíces mediterráneas.




Rúzsa Magdi (Magdolna Rúzsa)es otra de las grandes voces del país. Nacida en la provincia de Vojvodina, Serbia, de etnia húngara y que trabajaba de matrona, ganó en 2006 el programa de televisión Megasztar, y un año después cantó en Eurovisión representando a Hungría. Actualmente es una destacada compositora dueña de una espectacular voz.




Ákos (Ákos Kovács) es un cantautor en solitario de pop-rock cuyas canciones, muy poéticas, son muy conocidas en la escena musical húngara. Nació en Budapest en 1968 en una familia de abogados, pero él tuvo muy claro que su pasión era la música. Fue miembro de otra banda, Bonanza Banzai. Además de componer y cantar, escribe poesía.




Hoolingans es el último grupo húngaro del que hablaré hoy. Originarios de Szerencs, una población muy cerca de Miskolc, formaron el grupo en 1996.  Su estilo es el pop rock y continúan en activo casi dos décadas después de su fundación.


miércoles, 23 de abril de 2014

Literatura húngara

Hoy voy a escribir sobre dos de los mayores exponentes de la literatura húngara de los siglos XIX y XX. Ambos tuvieron vidas cortas e intensas y dejaron su huella profunda en la historia y la cultura del país. Estoy hablando de Petőfi Sándor y József Attila.

Sándor Petőfi nació como Sándor Petrovics en Kiskőros, una ciudad del Reino de Hungría con mayoría eslovaca, de hecho él mismo tenía antepasados eslovacos, el 1 de Enero de 1823. Al poco de nacer, su familia se trasladó a la vecina Kiskunfélegyháza, que el mismo Sándor consideraría su verdadera ciudad de origen. De joven viajó por Hungría, siendo profesor, soldado e incluso trabajando en algunos teatros, a lo largo de todo el país. Petőfi siempre estuvo interesado por el teatro, aunque fue en la escritura, particularmente la poesía, donde adquirió éxito.

Se casó en 1846 con Júlia Szendrey en Transilvania y tuvo un hijo, Zoltán. La familia emigró a Pest, donde comenzó a reunirse con intelectuales y estudiantes, y a fomentar la literatura húngara, en contraposición a la dominante lengua alemana, ya que en aquella época los Habsburgo de Austria dirigían el Reino de Hungría imponiendo un fuerte proceso de germanización, tras haberlo liberado de la invasión otomana.

El poeta tuvo un papel clave en la revolución de 1848 contra los Habsburgo, al ser co-autor de los 12 puntos o demandas a los Habsburgo y el autor de "Nemzeti dal", el poema de la revolución. Tras la revuelta, se inició una guerra contra Austria, y Petőfi se unió al Ejército Revolucionario Húngaro y fue destinado a Transilvania a luchar. El 31 de Julio de 1849, con 26 años de edad, falleció en la batalla de Segesvár (actual Sighisoara, Rumanía) en una batalla contra el ejército del Zar Nicolás, que ayudaba a los Habsburgo a derrotar a los húngaros. Su muerte está registrada en el libro de un doctor del ejército ruso, pero su cuerpo no fue nunca encontrado, lo que dio lugar a otra teoría que dice que fue apresado y enviado a Siberia.


Retrato de Petőfi Sándor.


OBRA: uno de sus primeros poemas famosos es "A borozó" (el bebedor de vino), sobre un hombre que confía en los poderes sanadores del vino para curar todos sus problemas. También destaca "János Vitéz", "Szeptember végén" (A finales de septiembre) o "Az Alföld" (donde expresa su amor por su tierra, la gran llanura húngara, cuyos versos dicen que es más bonita que los Cárpatos o Transilvania).

Y por supuesto, "Nemzeti dal" (Canción nacional), que fue el poema de la revolución de Hungría de 1848 contra el dominio de los Habsburgo-Austria.




Attila József nació en Ferencváros, un distrito muy humilde de Budapest. Cuando él era pequeño, su padre abandonó a la familia, y la madre tuvo que sacar adelante a él y a sus otros dos hermanos, y viviendo en la extrema pobreza, fue enviado a una familia adoptiva en una granja, donde su vida no mejoró en absoluto, por lo que se escapó y volvió a Budapest con su madre, que falleció poco después. Su cuñado fue quien se encargó de él, y debido a su buena posición económica, le pagó unos buenos estudios. Sin embargo fue rechazado en la universidad (él quería ser profesor) acusado de escribir poemas "provocativos y revolucionarios". A partir de entonces trató de vivir de sus creaciones literarias, a la vez que fue diagnosticado de esquizofrenia, y tratado para ello. No llegó a casarse y tuvo varios romances, algunos con sus propias cuidadoras.

Murió a los 32 años arrollado por un tren en la localidad de Balatonszárszó, donde residía en la casa de su hermana y su cuñado. La teoría más aceptada es que se suicidó, aunque se ha debatido que las causas fueron simplemente accidentales.


Fotografia firmada de József Attila.


OBRA: una de sus más polémicas obras fue "Tiszta szívvel" (De puro corazón), que motivó el despido de su universidad. También son muy famosas "Kései sírato" (Llanto tardío), Mama (Mamá), Születésnapomra (Para mi cumpleaños).

lunes, 21 de abril de 2014

Pascua en Hungría

La Pascua es una fiesta muy especial en Hungría. Varias tradiciones bastante curiosas siguen practicándose a día de hoy en este lunes de Pascua.

Una de ellas es el Locsolkodás, que consiste ni más ni menos que en regar a las chicas. Generalmente en los pueblos, aunque también en las ciudades (cada vez menos), grupos de chicos armados con jarras de agua, botellas, cubos o sifones van a visitar a las chicas jóvenes a sus casas, y cuando abren la puerta, chorrazo de agua que les tiran. También pueden hacerlo si las pillan por la calle, así que este no es el mejor día para salir a pasear. En teoría, mientras las riegan, los chicos les recitan un poema (hay algunas versiones más románticas y otras más picantes). La chica debería ofrecerle huevos de pascua pintados (que traen buena suerte) para librarse del "bautizo", aunque en la práctica ningún chico espera a esto y directamente las mojan. La buena noticia para ellas es que, en teoría, las chicas pueden vengarse el día siguiente, martes, regando a los chicos.

Las chicas más guapas son las que más veces son regadas, e incluso muchas veces se las saca de casa entre varios chicos a la fuerza, y las riegan en el mismo jardín o donde puedan. Incluso se las puede sorprender por la mañana mientras aún duermen en su cama (sin duda esta opción es la preferida por los hermanos).

Esta tradición no solo se practica en Hungría, sino también en Polonia, República Checa y Eslovaquia.








Otra opción más "light" y agradable es sin duda regarlas con un perfume. Suerte las chicas que, como la de la imagen, tienen un Locsolkodás como ese.




Más agradable es, desde luego, la sorpresa que les espera a los niños. El lunes de Pascua se levantan muy ilusionados, pues su primera misión matinal es buscar por el jardín los chocolates que el Conejo de Pascua les ha traído. Normalmente son huevos o conejos de chocolate, aunque cualquier tipo de dulce está bien, de hecho muchas veces venden bolsas con varias chocolatinas, perfectas para esconder entre las hierbas o plantas del jardín.

Desde semanas antes, los supermercados y tiendas se llenas de todo tipo de chocolates, huevos, conejos, dulces y packs para regalar a los niños.







Por último, os dejo unas fotos de unos huevos rellenos con forma de conejo muy graciosos que tuve la oportunidad de probar este fin de semana:



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...