LA REPÚBLICA POPULAR DE HUNGRIA
Desde 1949 a 1989 se fundó la República popular de Hungría, un estado socialista bajo la influencia soviética, debido a la ocupación de Hungría por el ejército rojo en la segunda guerra mundial. Aunque en un principio el partido comunista tenía escaso apoyo entre la población, logró dominar el panorama político gracias a la famosa táctica del salami (separar a todos los rivales políticos de uno en una, mediante amenazas o alianzas, como cortar un salami, producto típico de Hungría, rodaja por rodaja).
Una vez controlado el aparato estatal, se creó la policía política húngara AVH (Államvédelmi Hatóság), que suprimió a toda la oposición política. En 1949 se estableció la República Popular de Hungría y se aprobó una constitución similar a la soviética, además de ingresar al COMECON (el plan Marshall soviético) y firmar el Pacto de Varsovia (el equivalente a la OTAN oriental). Comenzó el gobierno de Rákosi, puesto por Moscú, muy represivo, que introdujo el idioma ruso y la instrucción comunista en los colegios, y eliminó todo opositor que se pusiera por delante mediante ejecuciones y encarcelamientos. También se inició un masivo proceso de nacionalización de las propiedades.
La economía, que iba de mal en peor, originó una gran escasez de productos básicos, especialmente en alimentación. El poder adquisitivo era extremadamente bajo debido a las devaluaciones monetarias que se habían producido. El descontento popular culminó con su destitución y el nombramiento de Ímre Nagy en 1953 (cuando se produjo la muerte de Stalin). Nagy suavizó el régimen represivo de Rákosi, y este le acusó de derechista y fascista, atacándole continuamente hasta que logró retomar el poder. Sin embargo, tras el famoso discurso de Jrushchov criticando los excesos de Stalin, la URSS suavizó su presión y de nuevo Rákosi fue apartado del cargo.
REVOLUCIÓN DE 1956
Comenzó cuando un grupo de húngaros de Budapest, animados por el discurso de Jrushchov y descontentos con la política impuesta por la URSS, organizaron una protesta en la capital a la que se unieron unas 200.000 personas, y derribaron una estatua de Stalin. Por otra parte, otros ciudadanos se dirigieron al edifico de Radio Budapest, para extender el mensaje por todo el país, donde esperaba la policía política húngara (AVH), que trató de disolverlos e incluso disparó contra los manifestantes, matando a muchos de ellos. En la batalla, muchos ciudadanos arrebataron las armas a la AVH y comenzaron a utilizarlas. Los soldados húngaros que acudieron a la zona comenzaron a luchar a favor de los manifestantes.
Al día siguiente, la URSS, que ya estaba preparada para una sublevación en Hungría desde hacía meses, ocupó Hungría de nuevo enviando tanques a Budapest, donde tomaron posiciones en el parlamento, los puentes y varios edificios. Sin embargo continuaban los enfrentamientos entre manifestantes húngaros y la AVH, sin que los soviéticos participasen mucho en los combates.
Durante la revolución se utilizaron banderas húngaras a las que recortaron el escudo de armas comunista, y se transformó en el emblema de la protesta contra la URSS.
Al día siguiente la AVH comenzó a disparar en las inmediaciones del parlamento a los manifestantes desde los tejados, aunque los soldados soviéticos creyeron que les disparaban a ellos, con lo que contraatacaron y mataron a muchos de los policías. Los combates se extendieron entre manifestantes y soldados, así como la eliminación de los símbolos comunistas de la capital. El gobierno húngaro cayó y huyó a la URSS. Finalmente las hostilidades se apaciguaron e incluso los militares soviéticos se retiraron a las afueras de Budapest en un alto el fuego. Nagy tomó de nuevo las riendas del país, abolió la AVH y el sistema unipartidista. Liberó a numerosos presos políticos, puso a dirigentes no comunistas en su gobierno e incluso anunció la salida de Hungría del Pacto de Varsovia.
Alarmado por los acontecimientos, Jrushchov envió de nuevo al ejército soviético a Budapest, que tras varios combates contra el ejército húngaro, recuperó el control su capital y el país. La revolución dejó unos 20.000 muertos, la mayoría en los combates contra los soviéticos. El presidente Nagy Imre fue detenido y ejecutado. Kádár fue erigido como nuevo presidente y comenzó un gran proceso de detención, ejecución y deportación de gran parte de manifestantes y disidentes.
Manifestantes húngaros, con la bandera de la revolución.
Sin embargo, el gobierno de Kádár suavizó después su postura, y en pocos años la mayoría de los presos políticos fueron liberados. Se introdujeron numerosas reformas para hacer la economía húngara más competitiva y crear una prosperidad que asegurarse una calma política, con una ideología mixta y un mayor respeto por los derechos humanos, mayor libertad de opinión y contacto con el bloque capitalista (privilegios que no disfrutaban los otros países comunistas, el llamado comunismo de goulash, debido a la diversidad ideológica, como los ingredientes de la famosa sopa húngara, en lugar de la rigidez de la época estalinista).
FIN DE LA HUNGRÍA SOCIALISTA
Con la introducción de la Perestroika, en un intento de reanimar la moribunda economía soviética, comenzó a caer el bloque soviético. Hungría, que por su privilegiado contacto con el bloque capitalista deseaba incluso más que los países de su entorno salir de la esfera soviética, tuvo su propia revolución política pacífica en 1989 que terminó con el sistema socialista, la salida de las tropas soviéticas del país y aprobó una nueva constitución e inició su apertura a la economía de mercado. Fue el primer país en comenzar a desmontar su valla fronteriza con Austria (la primera brecha del telón de acero).
La nueva República Húngara (Magyar Kösztarsaság) ingresó en la OTAN en 1999 y en la UE en 2004. La transición de su economía fue muy dura, y aunque el país ha mejorado en comparación con los años 90, sigue, a día de hoy, a una gran distancia de los países occidentales.
Soldados húngaros cortan la valla que separaba Hungría de Austria, parte del telón de acero.
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