Según la ley húngara, aquellos que lleven su propia fruta a una destilería y elaboren aguardiente con ella (el famoso pálinka), están exentos de pagar impuestos siempre y cuando fabriquen como máximo 50 litros por persona y año, y sea para uso personal y sin ánimo de lucro. Esto es una costumbre totalmente extendida en todo el país, y el házipálinka (pálinka casero) se elabora en todos los pueblos de Hungría.
Según la UE, dicho impuesto (que sería obviamente del 0%) es incompatible con la normativa europea. Hungría está autorizada por la UE a aplicar un tipo especial del 50% del impuesto general europeo para la elaboración de bebidas alcohólicas distintas del vino y la cerveza, que es de 550 euros por hectolitro de alcohol puro. Es decir, sería 225 euros por hectolitro de alcohol puro.
Según mis cuentas, si se gravase una producción particular de 50 litros de un pálinka de 50º, por poner un ejemplo, habría que pagar un impuesto de 56,25 € (unos 19.000 forint), con esta bonificación del 50%.
Lógicamente esta noticia ha levantado un revuelo en un país donde la producción de aguardiente casero forma parte de su cultura y está tan arraigada en ellos como su propio idioma o su historia, que además atraviesa una época económica muy difícil, y que cada vez ve con peores ojos a la UE. Ni tan siquiera el gobierno de Viktor Orbán, que ha subido muchos impuestos y creado otros nuevos, se ha atrevido a gravar la producción de pálinka casero, ya que esto sería un sacrilegio (quién sabe, quizás no lo ha hecho a sabiendas de que ya vendría la UE a hacer de ogro).
En cualquier caso la medida es totalmente desproporcionada y parece obedecer totalmente a las grandes fábricas y casas de bebidas alcohólicas. Por poner otros símiles, cobrar impuestos por elaborar tu propio aguardiente, que lo vas a beber tú y tus amigos, es tan ilógico como cobrarte otro por hacer tu propia comida en casa (¡pobres restaurantes!), o, mejor aún, por generar tu propia electricidad (nótese la ironía por el caso de España de gravar a aquellos que tengan sus propios paneles solares).
Pálinka casero recién elaborado.
En fin, ya veremos como acaba todo este asunto, pero en unos tiempos en los que la popularidad y credibilidad de la Unión Europea está por los suelos, este tipo de medidas pueden suponer el tiro de gracia. De momento la jugada ha venido de perlas a Fidesz para acusar a la UE de ir contra el pueblo húngaro y asegurar que ellos van a luchar por los derechos y libertades de sus ciudadanos. Y ni que decir de Jobbik, partido abiertamente proclamado contrario a la UE. La noticia ha sentado en el país como si viniese un tipo de traje y corbata desde Bruselas y diese una patada a la propia corona de San Esteban delante de todos los húngaros.
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