Parece ser que el recuento total de las papeletas electorales se va a tomar su tiempo. Ayer los medios hablaban de incluso una semana para el voto por correo, aunque de todas formas tiene pinta de que Fidesz va a conseguir sus dos tercios salvo gran sorpresa (suya fue la ley para dar la nacionalidad a los húngaros que viven en el extranjero, por lo que se puede suponer a quién habrán votado).
Para comprender la pájara socialista que dura ya dos legislaturas, asuntos como el de Gábor Simon son clave. Y es que lo que comenzó como un caso más de corrupción se está convirtiendo en el guión de una película de Hollywood.
Cuando el pasado mes de Enero expiró el plazo para que los miembros del parlamento declarasen todo su patrimonio por escrito, comenzó, de manera casi automática, a saltar la alarma de la corrupción. Y es que parece ser que a más de uno se le olvidó atar cabos sueltos.
Para comprender la pájara socialista que dura ya dos legislaturas, asuntos como el de Gábor Simon son clave. Y es que lo que comenzó como un caso más de corrupción se está convirtiendo en el guión de una película de Hollywood.
Cuando el pasado mes de Enero expiró el plazo para que los miembros del parlamento declarasen todo su patrimonio por escrito, comenzó, de manera casi automática, a saltar la alarma de la corrupción. Y es que parece ser que a más de uno se le olvidó atar cabos sueltos.
Según la ley húngara, todos los miembros del parlamento y del gobierno están obligados a realizar un informe declarando todo su patrimonio personal al comienzo de cada año. Sin embargo, no están obligados a declarar los bienes de sus cónyuges o familiares cercanos, lo cual es señalado por muchos como una "débil medida para luchar contra la corrupción". Todo aquello que no esté incluido en dicha lista se presume haber sido obtenido de forma fraudulenta.
El primero en caer fue, ni más ni menos, el vicepresidente del Partido Socialista (MSZP), Gábor Simon, a quien se le descubrió una cuenta en Austria con 770.000 € que no había declarado en ninguno de sus informes (un descuido, según dijo él). Cuando fue preguntado por miembros de su partido contestó con otra gran joya: según él, puso el dinero en un banco austríaco porque "uno no se puede fiar de la estabilidad financiera de los bancos húngaros".
Gábor Simon.
Según el periódico Magyar Nemzet, Simon depositó en Abril de 2009 575.000 euros y 162.954 dólares, y en Octubre de 2013 poseía en dicha cuenta 770.000 euros. Según él, el dinero procedía de las ventas de una compañía suya y una propiedad en Budapest. Sin embargo, se averiguó que abrió la cuenta justo al mismo tiempo que el banco austríaco (Volksbank) fuera elegido para la compra de un bono municipal de 10 millones de euros del distrito XVIII de Budapest, que gobernaba el MSZP, a pesar de que su oferta era la más cara: el coste de emisión del bono fue del 2% (200.000 euros). Simon tenía excelentes relaciones con los gobernantes del MSZP en el distrito XVIII, uno de los más humildes de la capital, y del que había recibido anteriormente, entre 1999 y 2003, 36.000 euros en honorarios.
El líder del MSZP, Mesterházy, aseguró que desde luego el dinero no provenía de las cuentas del Partido Socialista. Para tratar de calmar las cosas, y a dos meses de las elecciones, fue apartado del partido y dimitió de sus cargos públicos el 6 de Febrero, lo que favorecía la investigación policial (al eliminar las trabas que supone investigar a un parlamentario), asegurando además, que el origen de aquella fortuna eran negocios privados y no dinero público, que cometió un error al no declarar dicha cuenta, ya que en los formularios no había ninguna casilla para declarar sus cuentas en Austria, y que iba a aclarar todo el asunto. Sin embargo, posteriormente, no fue capaz de demostrar de donde lo había conseguido. Hasta aquí todo parece un caso de corrupción política normal y corriente, como otros muchos.
Sin embargo, cuando las cosas parecían estancarse, el 10 de Marzo Gábor Simon fue detenido después de que tratase de abrir una cuenta con 250.000 euros en un banco húngaro, utilizando un pasaporte falso de Guinea Bissau a nombre de Gabriel Derdák (Derdák es el apellido de soltera de la madre de Simon).
Gábor Simon bajo custodia policial.
El mismo pasaporte falso se encontró en un registro en la casa de Tamás Welsz, al que perseguía la Interpol por falsificar documentos en Panamá y que estaba envuelto en el escándalo de Sólyom Airlines (y que probablemente estuviese ayudando a Simon a blanquear el dinero). A raíz de estas pesquisas, Simon fue detenido y puesto bajo custodia policial para evitar que influyese sobre testigos o destruyese pruebas o documentos sobre la investigación.
Tamás Welsz, que tenía una extraña asociación humanitaria en África, era conocido por sus excelentes relaciones con el corrupto gobierno de Guinea Bissau, que le había facilitado 500 pasaportes en blanco para que él hiciese de intermediario y los vendiese a personas interesadas en su compra, con problemas con la justicia (como Simon), evasores fiscales o simples multas de tráfico. Perseguidos por la justicia tras haber estafado a unos inversores internacionales húngaros en Panamá, tuvo que huir de dicho país junto a su novia, y se emitió la orden de Interpol contra ambos, que lograron escapar a Hungría.
Pero si este asunto ya sonaba más que extraño, ahora viene la parte más turbulenta: cuando Welsz, que había accedido a declarar contra Simon, era trasladado a Budapest en un vehículo policial, comenzó a sentirse mal y murió poco después en un hospital, oficialmente debido a un ataque al corazón. La autopsia no desveló daños físicos ni drogas. Hasta aquí la parte oficial.
Welsz, que estaba acorralado por las autoridades húngaras tras su fuga de Panamá, había pactado testificar en el proceso contra Gábor Simon, quizás a cambio de no ser extraditado, (cuya orden de extradición, curiosamente, había denegado la policía húngara argumentando que no tenía firmado ningún tratado con Panamá). Se rumorea que este pacto pudo hacerse incluso antes de que Simon abriese la cuenta con el pasaporte falso (es decir, que le traicionó y le vendió a la justicia, lo cual explica lo rápido que detectaron el pasaporte que utilizó Simon, y el registro de la casa de Welsz sería un mero montaje ya preparado).
Aunque también es cierto que el tema de los pasaportes ya comenzaba a oler mal y era conocido por la policía húngara, además al coincidir con el apellido de soltera de la madre de Simon, parecía evidente que era él.
En el registro de la casa se descubrieron presuntamente más pasaportes falsos con fotografías de políticos del Partido Socialista, y se especula que también de Fidesz, aunque tan solo son rumores (oficialmente tan solo se encontró el de Simon (Gabriel Derdák) junto a grandes sumas de dinero).
Welsz era un hombre totalmente sano, según declararon algunos de sus familiares y conocidos, y tenía 41 años. Otros dicen que estaba tratando de suicidarse debido a la gran presión de ser el principal testigo en el asunto de los pasaportes falsos y del escándalo de Simon, y que además recientemente había roto con su novia Andrea Horthy. Se rumorea incluso que probablemente, debido a la venta de estos pasaportes falsos, sabía demasiados secretos que implicarían a hombres más poderosos. Y si había accedido a traicionar a Simon, ¿qué garantías había de que no hablase sobre más personas? Los muertos no hablan...
Tamás Welsz tenía excelentes relaciones con el corrupto gobierno de Guinea Bissau.
Welsz, que estaba acorralado por las autoridades húngaras tras su fuga de Panamá, había pactado testificar en el proceso contra Gábor Simon, quizás a cambio de no ser extraditado, (cuya orden de extradición, curiosamente, había denegado la policía húngara argumentando que no tenía firmado ningún tratado con Panamá). Se rumorea que este pacto pudo hacerse incluso antes de que Simon abriese la cuenta con el pasaporte falso (es decir, que le traicionó y le vendió a la justicia, lo cual explica lo rápido que detectaron el pasaporte que utilizó Simon, y el registro de la casa de Welsz sería un mero montaje ya preparado).
Aunque también es cierto que el tema de los pasaportes ya comenzaba a oler mal y era conocido por la policía húngara, además al coincidir con el apellido de soltera de la madre de Simon, parecía evidente que era él.
En el registro de la casa se descubrieron presuntamente más pasaportes falsos con fotografías de políticos del Partido Socialista, y se especula que también de Fidesz, aunque tan solo son rumores (oficialmente tan solo se encontró el de Simon (Gabriel Derdák) junto a grandes sumas de dinero).
Welsz era un hombre totalmente sano, según declararon algunos de sus familiares y conocidos, y tenía 41 años. Otros dicen que estaba tratando de suicidarse debido a la gran presión de ser el principal testigo en el asunto de los pasaportes falsos y del escándalo de Simon, y que además recientemente había roto con su novia Andrea Horthy. Se rumorea incluso que probablemente, debido a la venta de estos pasaportes falsos, sabía demasiados secretos que implicarían a hombres más poderosos. Y si había accedido a traicionar a Simon, ¿qué garantías había de que no hablase sobre más personas? Los muertos no hablan...
Fichas de Interpol reclamando a Tamás Welsz y a Andrea Horthy, la novia de Tamás. Ambos fueron denunciados por las autoridades panameñas por falsificación de documentos y fraude.
Gábor Simon entró al MSZP en 1994, donde rápidamente ascendió. Durante 2004 y 2012 fue Presidente del Comité Ejecutivo, y en 2012 dimitió de su cargo para convertirse en Vicepresidente. Desde 2004 era miembro del parlamento. También era candidato para el Distrito XV de Budapest y estaba en buen lugar en la lista del partido para ser elegido de nuevo en el parlamento tras las elecciones de Abril.
Irónicamente, en 2002 Gábor Simon desafió al entonces primer ministro Viktor Orbán a declarar todos sus bienes, argumentando que su riqueza había crecido desproporcionadamente en los últimos años. El asunto tiene pinta de continuar acaparando portadas próximamente.
Irónicamente, en 2002 Gábor Simon desafió al entonces primer ministro Viktor Orbán a declarar todos sus bienes, argumentando que su riqueza había crecido desproporcionadamente en los últimos años. El asunto tiene pinta de continuar acaparando portadas próximamente.
Simon y Welsz, los dos salpicados por el escándalo. El primero en la cárcel y el segundo muerto.
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