martes, 15 de septiembre de 2015

Crisis migratoria: cierre de la frontera con Serbia

A partir de la pasada medianoche de este martes 15 de Septiembre ha entrado en vigor la nueva ley que convierte en delito el traspasar la frontera húngara de manera irregular, castigado ahora con la deportación o la cárcel (en la práctica tan solo la deportación). Ya ayer por la tarde, Hungría terminaba definitivamente de cerrar la frontera serbia con la segunda valla, de 4 metros de altura y construida junto a la primera, finalizando el último tramo, por el que pasan las vías del ferrocarril que comunica las dos países, mediante la instalación de un portón metálico. Esta segunda valla se ha construido en tiempo récord utilizando para ello a presidiarios, militares y policía.



Imágenes de hoy en el paso fronterizo de Röszke.
fotografía: index.hu


Desde ese momento, miles de policías y militares vigilan la valla para que los inmigrantes no la traspasen. Igualmente está penado por ley dañarla. A partir de ahora todo aquel que desee entrar en Hungría desde Serbia deberá hacerlo por los puntos oficiales con la debida documentación, que permanecen abiertos. En caso de solicitar el asilo, se deberá realizar en los puntos preparados para tal fin (en las localidades de Röszke y Tompa), donde se tomarán huellas dactilares y una fotografía, y se deberá demostrar que previamente Serbia rechazó su petición de asilo, ya que Hungría considera dicho país balcánico como seguro para los refugiados de guerra. Como la gran mayoría (por no decir todos) no han solicitado el asilo en Serbia, se espera que todas sus peticiones sean rechazadas por el gobierno de Hungría. Hoy mismo ya se han denegado las primeras solicitudes y detenido a los primeros 45 inmigrantes que cortaron la valla para penetrar en Hungría. El país magiar ha decretado el estado de emergencia en las provincias de Bács-Kiskun y Csongrád.

Respecto al campamento de Röszke, el gobierno húngaro trasladó hace pocos días por sorpresa a la práctica totalidad de los refugiados en decenas de autobuses hasta la localidad húngara de Szentgotthárd, cerca de la frontera con Austria, la cual atravesaron caminando. Con todas estas polémicas medidas, la cifra de inmigrantes ilegales en Hungría ha disminuido considerablemente, y se ha vuelto a una situación de relativa calma, que, obviamente solo es temporal, porque los inmigrantes siguen llegando a la frontera húngara, donde esperan en el lado serbio a una apertura de la verja que parece bastante remota. El gobierno húngaro teme ahora que dichos inmigrantes den un rodeo por la vecina Rumanía para entrar a Hungría, así que ha anunciado que ampliará la valla al menos 20 kilómetros más para cubrir la parte más meridional de la frontera con Rumanía, junto a la serbia. Otra opción para los inmigrantes es dirigirse a Croacia, pero esta es más peligrosa por encontrase minado buena parte del territorio fronterizo entre Serbia y Croacia, como consecuencia de las guerras yugoslavas.



Röszke, primeras protestas de los inmigrantes.
fotografías: index.hu


Las medidas del gobierno húngaro han sido polémicas, encontrando partidarios que defienden que el Estado húngaro está cuidando sus fronteras exteriores y cumpliendo el acuerdo de Schengen y el protocolo de Dublín, y opositores que consideran estas medidas injustas y poco humanitarias. Lo cierto es que las autoridades de Hungría dicen estar cumpliendo todas las leyes y acuerdos internacionales, y seguir atendiendo las peticiones de los refugiados. Lo que ya no permiten es cruzar el país de forma irregular a los inmigrantes que se dirigen a Alemania.

Al otro lado de la valla las cosas están en relativa calma. Muchos inmigrantes han acampado allí a la espera de ver qué termina ocurriendo, algunos incluso se han puesto en huelga de hambre, rechazan la comida y el agua que les ofrecen las organizaciones humanitarias y corean el nombre de Alemania. Veremos qué ocurre a medida que sigan llegando los miles que en estos momentos están cruzando Macedonia y Serbia o los que descargan los cruceros griegos traídos desde islas como Lesbos.


Policías y militares custodiando la valla.
fotografía: index.hu

La nueva valla y la masiva presencia policial parecen haber detenido de momento el flujo migratorio dentro de Hungría.
fotografía: reuters

De momento los cientos de inmigrantes esperan la posibilidad de seguir hacia Alemania.
fotografía: index.hu


Por lo demás, el resto de Europa sigue revuelta ante esta ola migratoria repentina y sin precedentes, que la ha pillado a pie cambiado. Austria ha anunciado hoy un nuevo cierre de su frontera con Hungría, y otros países como Eslovaquia, Alemania u Holanda han comenzado a instalar controles en sus respectivas fronteras. Dinamarca restringió sus accesos cuando varios grupos de inmigrantes cruzaron desde Alemania al país escandinavo rumbo a Suecia. El túnel bajo el canal de la Mancha también tuvo que cerrarse en varias ocasiones por encontrar inmigrantes ocultos en camiones que querían llegar a Inglaterra, o incluso con intención de hacerlo caminando por las propias vías. Desde Bruselas la UE ha sido incapaz de llegar a ningún acuerdo hasta el momento, la idea de Merkel de acoger a todos los refugiados y distribuirlos por toda la UE mediante un extraño sistema de cuotas parece haber caído en saco roto, y de hecho la propia Alemania ha tenido que restringir sus fronteras ante su primera oleada de inmigrantes (los llevados la semana pasada desde Keleti a Austria), lo que ha hundido la poca credibilidad que tenía ya de por sí la canciller diciendo que Alemania podía acoger a 800.000 refugiados poco menos que sin despeinarse.

No sé como terminará esto, de momento no imagino a la UE dando casa y trabajo de repente a cientos de miles de personas llegadas a la vez. La idea de instalar campamentos provisionales de refugiados no parece del agrado de los inmigrantes, quienes quieren llegar solamente a Alemania como sea y comenzar allí una nueva vida. El gobierno húngaro se ha visto entre la espada y la pared: ni los inmigrantes querían el asilo de refugiados en Hungría, ni las autoridades podían dejarles viajar a Austria o Alemania debido a los compromisos y tratados de la UE. En esta situación el propio Viktor Orbán ha reconocido que la valla y el cierre de la frontera con Serbia no son medidas de su agrado, pero que ningún dirigente europeo ha sido capaz de ofrecerle una solución mejor.

Por último, comentar que la mayoría de medios de comunicación están ejerciendo su habitual labor de desinformación y confusión, especialmente los españoles, los cuales he seguido estos días. Pero bueno, la verdad es que no me esperaba más de ellos. Si ni siquiera muchas veces son capaces de escribir bien el nombre de localidades húngaras (no digo ya pronunciarlas, y eso que esta vez iban enviados especiales, imaginaos cuando los que escriben artículos son becarios a base de noticias de agencias), o de distinguir a la policía austríaca (Polizei) de la húngara (Rendőrség), como para ser capaces de informar de una manera aceptable, o de hacer un análisis en condiciones. La BBC es de los pocos a los que daría el aprobado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...